ste día, se promulga un decreto del gobierno chileno que autoriza la transferencia de derechos, sobre tierras al sur del paralelo 54, de la Sociedad Agrícola de Magallanes a favor de la Sociedad Industrial y Ganadera. Estas tierras fueguinas habían sido adjudicadas en 1901 a Ramón Moisés de la Fuente.
Esas tierras vírgenes, hasta entonces, estaban ocupadas por “animales baguales y algunos indígenas sobrevivientes de la raza selk´nam”, que los tomaron como una especie de refugio ante la presencia sólo esporádica de forasteros. Pero, los especuladores de tierras intentaron aprovecharse de esos predios para tentar a inversionistas y ganaderos pioneros. Pero, lo accidentado del terreno y las dificultades para el transporte y comunicación desalentaron a los escasos interesados. Sólo el éxito de los que ocuparon las mejores tierras produjo el intento de emulación y al cabo de unos años comenzó a cambiar el panorama.
Durante los doce años de los sucesivos cambios de tenencia no se llevó a cabo ninguna inversión ni actividad productiva en esos extensos terrenos vírgenes, dejando evidencia de los manejos especulativos de los titulares de las concesiones. Recién en 1915 la Sociedad Industrial y Ganadera fundó la estancia Vicuña, en el espacio comprendido entre el lago Blanco y la frontera argentino chilena, donde se inició “una actividad criadora no exenta de dificultades por tratarse de terrenos enmarañados y cargados de nieve en invierno” (Mateo Martinic B. La Tierra de los Fuegos).
En tanto los espacios menos prósperos de la concesión fueron entregados en arriendo a pequeños productores. Se trataba de “terrenos de cordillera, turbales y campos litorales del fiordo Almirantazgo y del lago Fagnano”.
“Sobre el litoral oriental del fiordo Almirantazgo, sitio de ocupaciones pioneras fallidas, subarrendó la Sociedad Anónima Ganadera y Comercial Menéndez Behety, la que en 1918 inició actividades en las localidades denominadas Puerto Arturo, frente a la isla Dawson; La Paciencia, en el sur, y en un valle litoral intermedio entre ambos puntos (Elenita). En el año señalado se procedió a la instalación de sendas estancias ganaderas y aserraderos de maderas en La Paciencia y Puerto Arturo, significando estos establecimientos fuertes inversiones en construcciones, maquinarias, equipos y hacienda vacuna, lanar y caballar” (op.cit)
