Alexis Padovani, un ejemplo de superación
Rugby – Cínica de seguridad en el scrum

Alexis Padovani, un ejemplo de superación

Llega a nuestra ciudad uno de los referentes de la UAR, Alexis Padovani, quien brindará una clínica de seguridad en el scrum, abierta a todos los clubes. Consigo lleva un claro mensaje de superación que motiva de gran forma.
02/10/2018
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l venidero 11 de octubre estará llegando a nuestra ciudad, Alexis Padovani, un referente de la Unión Argentina de Rugby en lo que respecta a la seguridad en el scrum. Alexis estaba enrolado en las filas del Club Atlético San Isidro y años atrás en un partido a beneficio de la Fundación Rugby Amistad que se encarga de lesionados medulares. Una mala entrada en un scrum lo dejó cuadripléjico. Después de diferentes tratamientos, sumado a una voluntad de fierro, logró recuperar el movimiento en los brazos.
Con lo ocurrido, y a través del tiempo, se convirtió en una eminencia en el tema y se dedica a dar clínicas de seguridad en el scrum. También trabaja en el Hospital Fleni de Pilar con un proyecto de su autoría en el área de pediatría apuntado a chicos que están en similar situación que él.
A parte de todo eso, y en esto de superar su adversidad, también se dedicó a hacer travesías en bicicleta adaptada, de hecho él ya anduvo por estas latitudes y unió Lapataia con Cerro Castor, otra de sus proezas fue unir el Cementerio de Darwin en la Islas Malvinas con Puerto Argentino, al más de 90 kilómetros. En cada oportunidad tuvo dos laderos y grandes amigos: uno es fotógrafo y el otro es Mario Saucedo Director de Selecciones de la Unión de Rugby de Tierra del Fuego. Después de su paso por Ushuaia, su próxima meta es ir en algún momento a la Antártida.
En esta oportunidad visitará nuestra ciudad con dos cosas en mente, por un lado el fin solidario ya que portará la pechera de LALCEC en adhesión al Mes de la Lucha contra el Cáncer de Mamas tratando de transmitir un mensaje de superación, de que se puede luchar contra las adversidades, y concretará una pedaleada desde Cerro Castor hasta Almanza, unos 62 kilómetros. Esta cruzada, además de su parte solidaria, es un desafío más que se planteó Alexis y que no tiene ningún tipo de segundas intenciones, es sólo ir completando sus metas, desde ya que el que se quiera sumar será bien venido.
Padovani estará arribando a nuestra ciudad el próximo jueves 11, ese mismo día, a las 19.30, estará dando una Clínica la sede del Club Colegio del Sur y será abierta a todos los clubes que quieran asistir. El 12 se unirá con los chicos de Colegio en el Desfile Cívico Militar en conmemoración del aniversario de la ciudad, en tanto que el 14 será la pedaleada donde está invitada a acompañar toda la ciudadanía.

La historia de Alexis

El 19 de octubre de 1997, Alexis Padovani jugaría lo que sería su último partido. Era domingo Día de la madre, y luego de que organizara con su amigo Gonzalo ir a ver a Racing, sonó el teléfono, había un partido de rugby en el club y faltaba sólo un jugador. Cambió sus planes y se fue para allá. Se trata de un partido a beneficio de la Fundación Rugby Amistad, la cual se ocupa de los lesionados medulares a causa de ese deporte tan brusco. Que paradoja, justo ese mismo día Alexis Jon iba a ser uno más, otro lesionado en la médula ósea que lo dejaría cuadripléjico.
“Tuve un error de entrada en el scrum, entré mal y me lesioné la sexta vértebra cervical, sobre la séptima”. Al caer, se dio cuenta de que algo feo había pasado. No movía las piernas y esa misma noche dejó de mover los brazos. Para la noche, ya estaba cuadripléjico“. En ese entonces tenía 21 años.
Los siguientes cuarenta días que le siguieron lo pasó internado, a los diez días lo operaron de la columna y a los cuarenta lo trasladaron a Fleni. Allí llegó con las expectativa de que iba a caminar, pero apenas vio el médico se dio cuenta que no era así, ya que, éste le dijo que iba a ser dependiente toda su vida, porque lo que tenía era una lesión grave.
Alexis había jugado al rugby desde los seis años y estaba a punto de llegar a la primera división. Sólo había sufrido hasta entonces lesiones menores. El Club de Benefactores se encargó de costear su rehabilitación.
“Agradezco que me hayan bajado las expectativas porque empecé a trabajar en el corto plazo“, recuerda ahora. “¿Me aparecía el esbozo de un movimiento en bíceps? Trabajaba eso. ¿Movía algo los dedos? Iba entonces a ejercitar lo funcional“.
En el Fleni estuvo internado tres meses; luego pasó al Hospital de Día. Su rehabilitación duró alrededor de dos años. “Después de la lesión me imaginé dos escenarios, o me quedaba amargado, o buscaba ser lo más independiente posible” dijo.
Entonces tomó una decisión: irse a Bariloche a vivir con un amigo, con quien puso un bar mientras seguía con la rehabilitación, e intentar, una vez que su amigo se fue a vivir a otro lado, rebuscárselas solo. Lo logró.
En octubre del 2000 volvió a Buenos Aires, y una vez aquí trabajó en la Comisión Nacional de Discapacidad hasta la gran crisis de 2001.
Luego, en abril de 2003 comenzó a hacerlo en el Fleni. “Estuve seis, siete meses en administración, pero colapsé, no era lo mío, y entonces presenté el proyecto de lo que hoy hago acá“, señala en la sede Escobar.
¿Cuál era el proyecto? “Trabajar con pacientes las estrategias de manejo de una silla, y entrenamiento aeróbico. En pediatría, trabajó en la superación de barreras, como bajar y subir cordones, lo que sería lo funcional sobre la silla; y en el entrenamiento aeróbico trabajo sobre la resistencia“.
El 1° de diciembre de 2003 inició su proyecto en Escobar. “Soy autodidacta. Ahora, de las personas que no son profesionales, en entrenamiento en silla creo ser de los que más saben. Los pacientes me consideran un terapista y los profesionales también. Me gusta esto, me interesa mucho, el tema me atrapa, la neurorrehabilitación me parece increíble, pero no es una cuenta pendiente ser profesional“.
Su proyecto ahora es utilizado tanto en CR como en CETNA, en los equipos de rehabilitación de lesionados medulares. No tiene ya cuentas pendientes. Entrena en la silla, lleva una vida organizada y que le gusta, canta en la banda de reggae Jama.
“Hasta hace un par de años me consideraba un jugador de rugby lesionado, hoy la paso muy bien arriba del escenario. Finalmente, es algo que hice siempre, que nunca armé mi vida a los ojos de los demás. Llegué adonde llegué, y le podemos echar la culpa a mi tenacidad y rehabilitación“, sostiene.
Su historia no tiene fin. Hoy trabaja en el Fleni, donde ayuda en las primeras etapas a quienes tienen un cuadro parecido al suyo, hace esquí adaptado, integra una banda de música (RESANTA) con su hermano y se plantea nuevos desafíos, y recientemente se incorporó a la UAR para asesorar en materia de técnicas y prevención en el Scrum.
Además de grabar varios Cd, escribió un libro contando su historia, sus emociones, su tristeza, y publicó un libro donde cuenta su historia. Se llama “El mundo por segunda vez“.
Muchos le dicen que lo toman como ejemplo de vida, sin embargo, él no se considera un ejemplo. “Superé una situación muy difícil y quizá dentro de lo que es el concepto de la resiliencia la gente puede tomarme como un referente de eso. Pero no es lo que busco sino que me gusta dar a conocer mi historia, y contar que se puede“.
Alexis tiene un objetivo concreto que es llevar adelante el mensaje de la inclusión mediante su actitud hacia la vida intentando concretar los sueños que se propone. Su forma es variada, como lo vimos en su historia, pero sus travesías en bicicleta adaptada son la mejor opción que tenemos de amplificar un mensaje esperanzador.
Es por ello que nos acercamos a Uds. para solicitar la posibilidad de realizar una travesía en bicicleta, registrando el viaje, e ir difundiendo un mensaje de paz y enarbolando la bandera de la inclusión, en un territorio tan simbólico para la población Argentina.

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