Para evitar incidentes establecen multa a la venta de alcohol
El 14 de noviembre de 1854

Para evitar incidentes establecen multa a la venta de alcohol

14/11/2018
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ste día, el gobernador magallánico Jorje Schythe establece “una multa de diez pesos a todo individuo que se permitiera vender o desembarcar licores espirituosos sin permiso de la autoridad”. Su sucesor, Pedro Abalos, “creyendo sin duda que esta multa era muy moderada, dictó un decreto elevándola a veinticinco pesos contra todo individuo que expendiera licores sin el correspondiente permiso”, según un informe elaborado por el siguiente mandatario Damián Riobó.
Riobó consideró que las medidas tenían el propósito “de evitar los desórdenes y excesos que pueda producir el ilimitado abuso de los licores espirituosos en una población cuyo temperamento y clase de gente convida a abandonarse a la bebida, han encontrado por conveniente, gobernadores anteriores, dictar algunos decretos u órdenes prohibiendo la venta y el desembarco de licores espirituosos, sin el correspondiente permiso del comandante de armas o gobernador del territorio”.
Esta situación se hacía mucho más crítica por la adicción a la que fueron inducidos los nativos. Cada delegación que se acercaba a Punta Arenas para comerciar sus productos, terminaba unas horas después con las calles “sembradas de indios completamente embriagados, los que quedan de pié están sosteniendo alguna riña o camorra con sus camaradas o con alguno de la población; el desorden crece y sólo concluye con el profundo sueño de toda la indiada (…) Estos hombres que solo han nacido para beber y que solo viven bebiendo, llegan ávidos y sedientos a la colonia; beben sin tasa hasta que caen exánimes o hasta que se les concluye sus recursos”.
El gobernador recordó que “la primera vez que esto sucedió durante mi período, ordené que todo indio que se entregara a la bebida se le condujera a su campamento; otro día me dan parte que los indios pelean entre sí, matándose dos caciques a puñaladas y quedando otro gravemente herido. Indago quien es el autor de esos asesinatos y se me contesta que es el capitán Chico, a quien hago administrar quinientos palos en presencia de la guarnición formada y de todos los patagones con sus caciques a la cabeza, los que guardaron un profundo silencio”.
Los desórdenes y borracheras eran cotidianas “en la colonia desde que se fundó entre los patagones y sus habitantes, a quienes aquellos habrán convidado, a pesar de las órdenes restrictivas y de las prisiones” establecidas.

Autor : Bernardo Veksler
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