las 10 de la mañana de este día, Lisandro Martín Núñez despega de Puerto Deseado rumbo a Puerto Madryn, piloteando un Lake Bucanner LA4. Unos minutos después, se ve obligado a emitir una declaración de emergencia internacional, que fue escuchada por un piloto de Aerolíneas Argentinas y retrasmitida a las centrales de emergencia aérea. Fue el último contacto radial del piloto del hidroavión. A partir de ese momento comenzó una intensa búsqueda que recién pudo encontrar un desenlace 24 horas después.
Núñez debió realizar un aterrizaje forzoso en un camino rural, en campos de la estancia “El Hosco”, unos cinco kilómetros al sur de la localidad santacruceña de Fitz Roy, hacia la margen oeste de la ruta Nacional 3.
En el aterrizaje Núñez resultó ileso. Caminó de noche al menos 50 kilómetros hasta llegar por la mañana al casco de una estancia, donde los encargados le brindaron ayuda y transmitieron por radio la novedad a la Dirección de Protección Civil de Caleta Olivia, que avisó a la estación de la Prefectura Naval de Comodoro Rivadavia para el rescate.
“Terrible lo que pasé. Sobre todo pasar la noche con frío. Escalar todas esas sierras. No sé de dónde saqué fuerzas. Por suerte encontré esa estancia en medio de la nada, en cuatrocientos kilómetros de nada. Un milagro. Parece que me agarraron y me pusieron ahí”, contó Núñez ante la presencia de los rescatistas, al arribar al helipuerto de Comodoro Rivadavia para recibir asistencia médica (diario Patagónico. Comodoro Rivadavia, 26/11/2012).
El piloto, oriundo de Mar del Plata, contó que venía de una larga travesía: “Salí de Ushuaia, pasé por isla de Los Estados. Hice escala en Río Grande para continuar en vuelo directo a San Julián. Como ese día había 55 nudos de viento, salí a última hora, tardecito, hice el tramo San Julián-Puerto Deseado. De Puerto Deseado salí a las 10 de la mañana y la plantada ocurrió a la hora de vuelo”, comentó.
Núñez se encontró con el problema en el avión a mitad de su vuelo rumbo a Madryn. Según cree se debió a “pérdida de potencia, o combustible contaminado, o se habrá cortado un cable del acelerador”, evaluó.
Al divisar un camino rural, Núñez logró aterrizar sin que el avión se viera afectado por graves daños. “Sólo sufrió algunos roces con los yuyos y se dañó un amortiguador, dentro de la desgracia. Lo importante es que la puedo contar. Salió todo bien”.
