ste día, la escritora valenciana Emi Zanón presenta su segunda obra, la novela "Yámana, Tierra del Fuego". El evento contó con la presencia de la autora, del cónsul chileno, autoridades locales y de los editores de Carena editors.
“El libro se estructura en dos partes bien diferenciadas y un epílogo. La primera, y la más interesante, toma como escenario Punta Remolino (…) en 1923”, donde los yámana, encuentran un reducto para la supervivencia. La comunidad estaba “integrada en su entorno, generosa y acogedora que aceptó de buen grado la permanencia entre ellos” del “personaje de ficción Kryzsztof Wazyk, antropólogo polaco, Premio Nobel de la paz en 1946, (…) a pesar de la negativa experiencia de sus contactos con el hombre blanco” (blog de María García-Lliberós sobre crónicas de libros).
La autora se inspiró, probablemente, en el etnólogo alemán Martín Gusinde, “antropólogo y estudioso de los indios de Tierra del Fuego con los que convivió 22 meses y de cuya experiencia dejó abundante documentación escrita” e imágenes de su vida cotidiana y sus complejos rituales.
Wazyk es “un aventurero, un valiente, un pacifista y un hombre atractivo alejado de su familia sensible a los encantos de la bella indígena Kamanakar. También es un investigador y, por tanto, un estudioso y un observador concienzudo, sin interferir en la cotidianidad de los indígenas, de cuya mano iremos conociendo la cultura, forma de vida y de relacionarse de estas gentes, creencias religiosas, mitos, leyendas, lenguaje, alimentación y un sinfín de actitudes ante los hechos que depara la existencia. Llegará a la conclusión de que cuánto más primitivo es un pueblo mayor es su respeto al medio natural”.
La segunda parte transcurre en Oslo, cuando Wazyk acude a la ceremonia de entrega del Nobel para dar su discurso, “optimista, en el sentido de esperanzador, sobre la necesidad imperiosa del respeto, hermanamiento y paz entre los hombres, al tiempo que cuestiona la teoría evolucionista de Darwin”.
Luego, el protagonista regresa “a Tierra del Fuego y finalizar su relato con un canto al amor como elemento de salvación”.
La crítica literaria elogió: “Las descripciones paisajistas son hermosas y ricas, en correspondencia con la impresionante belleza de Tierra del Fuego, un enclave que visité hace algunos años y motivo por el que este libro me atrajo de inmediato” (op.cit.).
