24 horas de análisis
Escándalo en la Justicia

24 horas de análisis

El Superior Tribunal no se pronuncia todavía sobre el episodio en que una fiscal acudió a la policía para detener al secretario de un juzgado que concurrió a llevar un expediente fuera del horario judicial. Los protagonistas del hecho optaron por no dar declaraciones hasta que la propia justicia se expida institucionalmente sobre lo ocurrido.
11/07/2019
L

a Justicia de Tierra del Fuego se tomó 24 horas para analizar el escándalo ocurrido entre funcionarios de la ciudad de Río Grande, y recién en las próximas horas daría a conocer un pronunciamiento acerca de lo acontecido el pasado 28 de junio que tomó estado público en las últimas jornadas.
En sintonía con esas directivas, ninguno de los protagonistas del incidente (un juez, su secretario, una fiscal y empleados judiciales) aceptaron ayer referirse o lo sucedido ni fijar posturas públicas sobre los motivos que los llevaron a actuar de esta manera.
Como informó EDFM, en un hecho sin precedentes en la historia judicial de Tierra del Fuego, el juez de instrucción Raúl Sahade y su secretario Eduardo Tepedino denunciaron penalmente, y pidieron un jury de enjuiciamiento a la fiscal Laura Urquiza, luego de que la funcionaria recurrió a la policía para que detuviera al secretario y a un empleado del juzgado que fueron a la fiscalía a entregar un expediente, fuera de horario.
A raíz de ello, Sahade y Tepedino denunciaron a Urquiza y le adjudicaron la presunta comisión de los delitos de abuso de autoridad, amenazas coactivas agravadas, incumplimiento de los deberes de funcionario público, requerimiento indebido de la fuerza pública, prevaricato y privación abusiva de la libertad.
La denuncia penal quedó en manos del juez de instrucción 1 de Río Grande, Daniel Cesari Hernández, y hasta ayer no se sabía si ya contaba con requerimiento fiscal para dar inicio a una causa.
Además, los funcionarios judiciales presentaron el pasado jueves 4 un pedido de jury de enjuiciamiento ante el Consejo de la Magistratura de la provincia, a través de un escrito dirigido al presidente del organismo y juez del Superior Tribunal de Justicia, Gonzalo Sagastume.
Según fuentes judiciales, el Superior Tribunal de Justicia (STJ) decidió tomarse un día completo (por lo menos) para tomar conocimiento de los detalles de lo acontecido, y recién después se producirán novedades.
“¿Pero la idea es iniciar algún tipo de acción disciplinaria o de sumario interno?”, preguntó este medio.
“Por ahora, solo analizar el caso”, fue la respuesta de la fuente consultada.
En la misma línea se manifestaron al menos dos de los protagonistas directos del caso: “no voy a hablar hasta que haya una respuesta institucional. Entiendo la inquietud, pero quiero respetar esa decisión. Ya habrá tiempo para hablar con los medios interesados en el tema”, contestó uno de ellos.
El episodio de características novelescas comenzó cuando el juez Sahade le ordenó a su secretario Tepedino y al agente judicial Lucas Ghio dirigirse personalmente a la oficina de la fiscalía en el edificio de Tribunales de Río Grande, para llevar un expediente en el que se le corría vista al fiscal de turno para que dictaminara sobre una denuncia en trámite.
De acuerdo a la versión de los denunciantes (no contrastada todavía con la de la fiscal Urquiza) en la oficina se negaron a recibirle la causa a pesar de que el juez había decidido habilitar horas inhábiles (era viernes después de las 14 horas).
Urquiza no estaba en el lugar pero, avisada por una secretaria vía telefónica, terminó acudiendo a la comisaría tercera de Río Grande para reclamar el auxilio de media docena de policías que terminaron yendo a tribunales con la directiva de desalojar y eventualmente detener a los funcionarios del juzgado si no se retiraban de la fiscalía.
Finalmente ello no fue necesario porque Tepedino ya se había ido, aunque la fiscal y el secretario se cruzaron en los pasillos y allí habría tenido lugar un intercambio de palabras que según el secretario incluyó frases amenazantes.
El incidente fue de un tenor tal que el juez Sahade, en su denuncia, llegó a pedir una amplia pericia psiquiátrica para Urquiza.
Por su parte, el magistrado tampoco explicó hasta el momento cuál era el apuro que lo llevó a intentar que una causa (donde se investigaba el desempeño del fiscal mayor, Guillermo Quadrini) se tramitara durante un fin de semana, y que para ello el expediente fuera llevado en mano por el secretario del juzgado hasta la fiscalía, un viernes después de las 14.

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