l momento del arribo de la División Expedicionaria del Atlántico Sur (el 28 de setiembre), comandada por Augusto Lasserre, Thomas Bridges se encontraba efectuando un censo de la etnia yámana, cuyo informe redacta días después.
Antes de la fundación de Ushuaia, el Beagle contaba con un millar de canoeros que navegaban cotidianamente por sus aguas. El censo arrojó la existencia de “273 hombres, de los que he registrado todos los nombres, según sus distintos clanes. Sus esposas y otras mujeres adultas llegan a 314; por lo menos 60 de éstas son viudas y sin casarse, y la cantidad actual de niños es de 358, haciendo un total de 945. En cuanto a huérfanos y niños pequeños que puedo haber pasado por alto, creo que son muy pocos, digamos que unos 55, lo que haría que la tribu yagana llegara a los mil” (Thomas Bridges. Los indios del último confín).
El relevamiento, que consideró adultos a los jóvenes que superaban los 17 años, destacó que “los varones entre los niños excede tanto al de niñas como el de mujeres al de los hombres, lo que hace igualar a los sexos. Esto muestra que las mujeres alcanzan la madurez considerablemente antes que los hombres”.
La distribución de los fueguinos era la siguiente: “Las costas de la isla Wulla o Navarino tienen 237 habitantes; la isla Hoste, 258; las islas Picton, Lennox y Nueva, 55; las costas de Onaland, desde Puerto Español hasta la península Brecknock, tienen 218; las islas Wollaston y Hermite, 65; las islas Gordon, 36; Ciqawulaf, 20; otras islas del Oeste, 60”. Y agrega que “todos estos nativos son conocidos por los nombres de sus distintas ubicaciones y están sumamente divididos en pequeños clanes”.
Bridges consideró que los yámana “están ahora mucho más ligados entre sí de lo que acostumbraban y comienzan a darse cuenta de que son todos una sola tribu y a tener un cuidadoso interés unos por otros y a deplorar la pérdida de gente en lugares remotos. El levantamiento del censo y el hacer conocer sus resultados ha tenido el buen efecto de fortalecer su espíritu colectivo”.
Este censo tuvo gran importancia, dado que constató la población anterior a la llegada de la expedición y el posterior asentamiento de pioneros. Esta incursión produjo estragos entre los originarios del Beagle, “bastará decir que las epidemias y los vicios llevados por la población blanca aceleraron el fin” de esa etnia (op.cit.).
