La atención odontológica en peligro
COVID 19 – Salida paulatina de la cuarentena

La atención odontológica en peligro

La paulatina incorporación de actividades al esquema de desregulación que desde el Estado se viene implementando va desnudando situaciones inéditas, como lo es toda la realidad que hoy por hoy nos toca atravesar.
22/04/2020
A

partir de la llegada de la pandemia nuestro ritmo de vida se ha visto drásticamente modificado y todo parece indicar que,  por lo menos por un buen tiempo, esa alteración nos obligará a convivir con nuevas reglas de conducta.
Lo que hasta hace poco tiempo era habitual hoy se ha transformado en situaciones de difícil abordaje y solución, tal el caso de la asistencia al dentista.
Como tantas otras actividades, hoy los profesionales independientes de la odontología se encuentran ante un desafío mayúsculo, por un lado hacer frente al mantenimientos de los tratamientos de sus pacientes y por otro lidiar con las obras sociales y prepagas para lograr se reconozcan dentro de las coberturas los nuevos costos que las medidas de bioseguridad exigen.
Desde EDFM se ha establecido contacto con varios profesionales para recabar precisiones sobre el panorama que deben afrontar. Demás está decir que en los tiempos que corren la actividad profesional se desarrolla literalmente en la boca del problema, y esto no es un juego de palabras. El riesgo es superlativo y seguramente no hace falta dar mayores explicaciones. Basta contemplar que desempeñan su tarea en el principal punto de acceso del virus al organismo y que, además, en prácticamente todos los casos deben utilizar en el mismo medio un torno a turbina. Este cuadro plantea sin posibilidad de error de apreciación alguno, la importancia fundamental del resguardo de la salud tanto del profesional como del paciente.

Preocupados y ocupados

Desde el sector manifiestan que están preocupados y ocupados por lo que respecta tanto a la pandemia como a todas las enfermedades infectocontagiosas de las cuales deben cuidarse y cuidar al paciente. La situación planteada por el COVID19 sin dudas ha generado un cambio sustancial en lo que hasta ahora se conocía en relación a la atención odontológica. No hay posibilidad alguna de poner en discusión la necesidad de establecer nuevos estándares en lo que a normas de bioseguridad se refiere, sostienen.
Este nuevo esquema de atención aporta nuevos costos a la práctica profesional y, lamentablemente,  no puede desconocerse que ha existido en este último tiempo un aumento de precios descontrolado en los materiales de trabajo. Si a este nuevo panorama se le suma la histórica precarización en el valor de nuestros servicios profesionales a los que desde hace años las obras sociales y prepagas de salud nos vienen imponiendo, no es antojadizo establecer que el servicio de atención odontológica está en peligro, coinciden en señalar los profesionales.

Nuevo esquema de atención

En relación a la demanda de atención se nos informó que los consultorios odontológicos han respetado lo establecido en el decreto presidencial, limitándose hasta esta nueva instancia a atender sólo los casos que el ministerio de Salud ha estipulado como urgencias y que no fueron derivadas al Hospital. Claro que estas prácticas sólo han podido ser atendidas por aquellos profesionales que pudieron adquirir el kit de bioseguridad.
El nuevo protocolo establece que los turnos entre pacientes deban estar distanciados entre 40 a 60  minutos. Esto es para permitir que el profesional pueda cambiarse y el consultorio pueda ser desinfectado.
Esta cadencia de turnos implica que la capacidad de atención por jornada se reduzca de manera importante, impactando directamente en los valores de la prestación.

Nuevas medidas de bioseguridad

Según se nos informó existen varios protocolos a nivel internacional y nacional y además dependen del tipo de prestación a realizar. Pero para un mayor entendimiento se nos explicó que básicamente se pueden plantear dos escenarios:
Si va haber mayor aerolización, caso de una intervención que requiere operación intensiva de torno-turbina, lo establecido es el empleo de ambo;  mameluco impermeable; camisolín; botas; cofia; hidro y hemorepelente; guantes; anteojos; barbijo N95 y máscara.
En el caso de otras intervenciones se establece el uso de ambo; camisolin;  botas; cofia; hidro y hemorepelente; guantes; anteojos; barbijo N95 y máscara.
Debe entenderse que cada kit se emplea una única vez y luego debe ser descartado.

Valor del kit y el efecto pandemia

La consulta de rigor es, cuál es el costo del kit de bioseguridad?
De acuerdo a lo que desde el sector se nos informó, en la semana previa al dictado de la cuarentena un barbijo N95 rondaba entre los $130 y $180 pesos. En la actualidad, si es que se consiguiesen el valor ronda los $1.400. No sólo que  no hay existencia en el mercado, sino que además son de un solo uso. La práctica profesional no permite el empleo de barbijos de fabricación casera ya que deben estar aprobados por la ANMAT.
Un caso similar ocurre con el valor de los barbijos de triple capa que de $35 en la actualidad se consiguen por aproximadamente $80.
El kit de cofia, bota y camisolín oscila entre los $1.200 a $1.700 pesos, dependiendo del grosor de la tela. Más grueso asegura repeler el agua.
Las máscaras, que pueden ser de acetato, impresas en 3D o de plástico como las de ferretería, varían entre los $400 a $1700.
La caja de guantes estériles x 50 pares cuesta en la actualidad $525 de los originales $180 de hace poco menos dos mese atrás.
Esto hace que el valor básico de un kit de bioseguridad para la atención de un paciente odontológico tenga un básico de aproximadamente $2.000.

¿Quién cubre los costos?

Desde el sector profesional manifiestan su profunda preocupación por las diferencias en los costos que se establecen entre lo que era la práctica profesional antes de la pandemia y la nueva realidad. Lo cierto es que, según confirman, tanto las obras sociales como las prepagas de salud han establecido un valor de cobertura del kit muy por debajo de los reales, agregando que si a esto se le suma por ejemplo que, en Tierra del Fuego en promedio las prepagas reconocen por una consulta odontológica solamente alrededor de los $253, transforma en inviable el ejercicio de la profesión.
Finalmente aseguran que están tan precarizados que ni siquiera les reconocen las consultas y medicación vía whatsapp, práctica que sí les reconocen a otros profesionales de la salud.
Todo ello los hace insistir en que la atención odontológica esta en peligro.

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