ener que estar más horas de lo que era habitual en casa nos permite recrear viejos juegos de la infancia, que medio habían quedado archivados en el arcón de los recuerdos.
Uno de ellos, quedarse mirando sin apuro el cielo para descubrir las imágenes o figuras con las que nos sorprenden las nubes.
Dale, anímate, casa el pibe que tenés guardado adentro y jugá con nosotros.