Acosados por el hambre y el frío los selk´nam buscan amparo
EL 2 DE JULIO DE 1895

Acosados por el hambre y el frío los selk´nam buscan amparo

02/07/2020
A

lrededor de esta fecha, un grupo de nativos, “acosados por el frío y el hambre acudieron (…) a refugiarse en uno de los galpones de la Explotadora. El gerente dio aviso al Gobernador de estos 165 indios”. Días antes, funcionarios fueguinos daban cuenta que se habían presentado a su comisaría (San Sebastián) unos cincuenta indígenas en la mayor indigencia, pidiendo el amparo de la Nación” (Citado por Romina Casali en Contacto interétnico en el norte de Tierra de Fuego: Primera aproximación a las estrategias de resistencia selk'nam).
La situación de desamparo de los nativos se veía agravada por las persecuciones de empleados armados contratados por los estancieros. Esto generaba pánico entre los selk´nam  y obstruía sus métodos ancestrales de obtener el sustento.
Los salesianos testimoniaron que cuando buscaban tomar contacto “se presentan solo los hombres y nunca las mujeres y los niños, porque varias veces estos y aquellas fueron robados por los blancos”.
Lucas Bridges aportó su relato para ilustrar sobre la búsqueda de refugio en su estancia: “una agradable tarde de fines de 1894, aparecieron en Cambaceres dos erguidas siluetas en lo alto de una colina, a unos cuatrocientos metros de la casa (...) nos sentamos los tres y los convidé con galletas, comiendo yo también (...) pronto me rodearon como veinte indios y nos sentamos todos en círculo (...) más tarde, ese mismo día, vimos aparecer una larga y desordenada fila de mujeres (...) que traían también a sus hijos y a sus perros (...) y luego todos juntos se fueron a Harberton donde acamparon a la orilla del bosque, frente a nuestro establecimiento (…) los Selk'nam se acercaban en familia con sus toldos y pasaban allí los inviernos o interactuaban por lapso de días y se retiraban. Ya para los años en los que se desarrolló la estancia Viamonte, se hizo habitual la escena de aquellos realizando tareas de esquila, como parte estable del establecimiento: habíamos ya construido una amplia casa- cocina, los establos, el galpón para la esquila y depósito y unas quince cómodas casitas para los onas, por si algún día se les ocurría ocuparlas (...) los onas, después de ayudarnos en el rodeo y la esquila, salían a mediados del verano a cazar en las montañas y a iniciar a los jóvenes en los misterios del Hain” (El último confín de la Tierra, citado por R. Casali).

Autor : Bernardo Veksler
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