n tiempos de libertad sexual, identidad de género y casamiento igualitario, la denominación del chorrillo parece haber quedado fuera de lugar, aunque en su momento haya sido fruto de alguna ocurrencia humorística, y sin intención de molestar a nadie. Por otro lado, cabe preguntarse si en realidad el pequeño curso de agua no tendrá una historia detrás de su curioso nombre, que merezca también ser revelada.