ste día, se produce la primera víctima fatal de un brote de fiebre tifoidea que estaba afectando a la familia Howell Williams. Cinco familiares habían contraído la enfermedad “en el establecimiento de campo que poseían en la península de Valdés. Ni bien se les declaró la enfermedad fueron trasladados primeramente a Madryn y luego a Trelew”. Allí, fallece uno de los hijos, de 31 años, padre de cinco niños (Matthew Henry Jones. Trelew. Un desafío patagónico).
Seis semanas después falleció la madre, “pese a los cuidados de los médicos que la atendían. Por otra parte, de los cinco hijos del matrimonio dos de ellos también contrajeron la enfermedad, pero por suerte se logró salvarles la vida”. Más tarde, el hijo mayor de los Howell Williams también contrajo la fiebre y “fue traído en tren desde Puerto Madryn (…) en un furgón que luego en Trelew, por disposición de las autoridades locales” sirvió para “su cuarentena” y continuó como sede de su “aislamiento hasta su total recuperación”.
Otro foco del brote se detectó en la chacra de David Lloyd Thomas, vinculada con la anterior familia, “donde además de los dos chicos, también cayó enfermo el joven Thomas (…) que pese a los cuidados (…) dejó de existir en la madrugada del 30 de setiembre”.
El velorio y la inhumación convocó a “una numerosa concurrencia que se diera cita para expresar sus condolencias con esta familia que fuera tan cruelmente castigada, sentimiento de pesar que se extendió por todo el valle” del río Chubut (op.cit.).
La fiebre tifoidea es provocada por la bacteria Salmonella typhi, cuya ruta de infección es por vía oral. La infección se adquiere al ingerir agua o alimentos contaminados por estas bacterias. Los alimentos que con más frecuencia pueden estar colonizados por la bacteria son la leche, el queso y otros derivados lácteos, los mariscos que crecen en lugares cercanos a puntos de eliminación de las aguas residuales, las verduras regadas con aguas fecales, los huevos, algunas carnes y el agua. Las moscas también pueden actuar como transmisoras.
En conocimiento de estos riesgos, las autoridades se volcaron a los lugares donde se produjeron los brotes para proceder a una limpieza profunda de los sitios aledaños a las viviendas y, de esta manera, tomar todas las precauciones para evitar que la enfermedad se extienda al resto de la población y la región.
