ste día, un desertor de la goleta norteamericana ‘Harriet’ brinda detalles pormenorizados a Luis María Vernet, gobernador de las Malvinas, de “todas las depredaciones que se habían hecho en la isla de los Estados y en las propias Malvinas (incluyendo matanza de crías de lobos) por orden del capitán Davison. Se le pidió entonces al capitán que entregara el diario de a bordo y al negarse se le incautó la nave el 1 de agosto” (Marcelo Beccaceci. Gauchos de Malvinas).
Además del ‘Harriet’, otros dos barcos de la misma bandera, las goletas ‘Superior’ y ‘Breakwater’, fueron intimados a cesar con sus acciones depredadoras de la fauna nativa.
A la revelación formulada por el marino desertor, se sumó el aporte de otro tripulante “llamado Alan”, quien “entregó a las autoridades su diario personal donde figuraban las atrocidades realizadas en las loberías. Una situación similar se vivió pocos días después, el 18 de agosto, con la nave ‘Breakwater’, aunque en este caso, a pesar de estar incautado el navío, su capitán Carew redujo la custodia (…) y escapó con ella y la tripulación a Estados Unidos”.
Los tres capitanes “habían recogido meses antes, al pasar por la colonia, copias del reglamento que regulaba la caza de lobos en la región. Los procedimientos llevados a cabo por Vernet incluían la participación de los once gauchos que, armados con sus facones, llegaron a abordar algunas naves para reducir a los tripulantes”.
En setiembre “se tomó la decisión, consensuada con los capitanes, de enviar a la nave ‘Harriet’ a Buenos Aires con toda la documentación de los casos y permitir a la ‘Superior’ partir a la costa del Pacífico”. En la goleta también se embarcó Vernet y su familia.
Al atracar en el puerto, Vernet tomó contacto inmediato con las autoridades para ponerlas en situación y Davison se reunió con el cónsul de su país George Slacum. Este, exigió la inmediata libertad de la tripulación y del navío, y se puso en contacto con el capitán Silas Duncan, de la nave de guerra ‘Lexington’, fondeada en Montevideo.
Duncan marchó a Malvinas y como represalia destrozó todos los edificios allí existentes.
Al mismo tiempo, Slacum reclamó al gobierno de Buenos Aires que castigue al gobernador Vernet “por piratería y robo”. Además, se reunió con el representante inglés Woodbine Parish para hacer causa común y no reconocer la autoridad argentina sobre las Malvinas.
