e difunde una carta abierta, fechada este día, dirigida al gobernador Manuel Fernández Valdés y firmada por Ricardo G. de Rosis, donde se lo cuestiona por las arbitrariedades cometidas contra Eduardo Puente Carracedo en sede policial, que nunca fueron esclarecidas ni tomadas en cuenta por el mandatario.
“Me dirijo a Ud. en esta forma para desenmascarar ante el ecuánime Gobierno Nacional y los hombres de carácter y dignidad; al mismo tiempo que emplazarlo a fin de que responda de ciertos actos producidos tan arbitraria y desvergonzadamente que fueron el digno corolario de su administración funesta y estéril de más de doce años en que desgraciadamente ejerció Ud. el cargo de Gobernador de Tierra del Fuego”, comienza así el texto de de Rosis (Arnaldo Canclini. Indios, policías y agitadores).
La publicación mantiene ese tono agresivo durante sus doce páginas de extensión.
En otro párrafo plantea el origen del conflicto: “Apostrofó y blasfemó Ud. en el mismo despacho de la Gobernación y con frases obscenas y repugnantes hasta en labios de un carretero, deprimentes para ese recinto que Ud. nunca pisó con altura, pues no tiene talla ni dignidad para ello, fue su única respuesta a la demanda que se le llevó por el bárbaro apaleamiento del súbdito español Eduardo Puente ejecutado por sus esbirros en los mismos calabozos de su Policía, así contestó Ud. mandando arbitrario y absorbente a la reclamación en defensa de un noble y levantado principio, que yo y otros caballeros en representación de casi todo el vecindario se lo hicimos con todo respeto, altura y corrección”.
De Rosis aclara que se encuentra abocado a concluir el balance “de la casa Luis Correa y cia. y no puedo disponer de mi persona antes de quince días de la fecha. Para ese entonces enviaré dos caballeros a exigir a Ud. una satisfacción que entiendo no eluden los hombres de honor “. De esta manera le anticipó a Fernández Valdés que lo desafiaba a un duelo, que para esa época se mantenía como un procedimiento habitual para resolver cuestiones de honor.
La respuesta del mandatario fue denunciada en la carta abierta: “en lugar de responderme y ubicarse en el lugar del caballero, recurrió al camino más corto, propio del hombre perverso y mandón; haciéndome salir de mi casa como a un criminal a altas horas de la noche y me hizo encarcelar pretextando que mi carta importaba un desacato a la autoridad” (op.cit.).
