uenta la historia que en el supermercado pusieron un sistema para obligar a los compradores a devolver el changuito a su lugar. Para retirarlo había que poner una moneda de un peso, y la única forma de recuperar la moneda, era dejar de nuevo el chango en la fila. Un día trajeron changuitos nuevos, sin el sistema de la moneda. Pero la gente, ya habituada, los devolvía igual a su lugar. ¿Será así para siempre? ¿O volveremos a la tiranía de la monedita?