n la sesión de este día, el diputado chileno Nolasco Cárdenas defiende el accionar de la Federación Obrera Magallánica (FOM), un mes después del ataque perpetrado por comandos civiles patrocinados por las cámaras empresarias y amparados por los uniformados. Este atentado produjo el incendio de la sede sindical, la muerte de al menos cuatro dirigentes, aunque se cree que la cifra fue no menor a diez y varios desaparecidos.
Cárdenas sostuvo que la FOM “mantiene en jaque a los industriales, ganaderos y grandes terratenientes, porque los dirigentes de la Federación Obrera de Punta Arenas, velando por el bienestar de sus asociados y para obtener para ellos ventajas sociales indispensables, han tenido que tomar una actitud de combate, de lucha contra todos ellos, para procurar que al obrero se le trate en forma más humana en su vida de trabajadores” (Carlos Vega Delgado. Prólogo de Los horrorosos sucesos del 27 de julio).
Una publicación argentina relató las originales propuestas de la entidad: En los fundamentos de su programa, establece como medios de lucha “la acción pasiva, no recurriendo en ningún caso a la violencia, y cuando se hayan agotado todos los medios persuasivos y se hayan tocado todos los resortes para llegar a un acuerdo equitativo, se decretará la huelga general” (Revista Territorios Nacionales, 11/1/1919).
La FOM; además de poseer un edificio en Punta Arenas y otro en Puerto Natales, y una imprenta; ha constituido “un fondo de reserva que la pone a cubierto de todas las emergencias futuras, pues cuesta poder sostener una huelga general durante nueve meses, proporcionando subsidios a las tres cuartas partes de los asociados”.
En el momento de sufrir el atentado, la cifra de afiliados “fluctuaba entre los 6.000 y 9.000. Este sólo número nos indica que por lo menos el 20 por ciento de la población de Punta Arenas pertenecía a la Federación”.
Además de batallar por los salarios obreros, se destacaron sus campañas contra la venta de bebidas alcohólicas y su negativa a descargar en el puerto los cajones conteniendo ese producto. También bregaron contra la carestía de la vida e impusieron la venta a precios de costo de los productos de primera necesidad.
Este accionar le granjeó a la FOM la enemistad de los empresarios, especialmente los nucleados en el Club Magallanes, presidido por Mauricio Braun. Esta entidad estuvo involucrada en el luctuoso atentado.
