ste día, el Senado de la Nación sanciona la Ley 26.651 que establece el uso obligatorio del mapa bicontinental de la República Argentina, tanto en el sistema educativo como en la exhibición pública en todos los organismos nacionales y provinciales. El mapa elegido es el confeccionado por el Instituto Geográfico Nacional, el cual muestra el Sector Antártico en su verdadera proporción con el resto del país.
El Ministerio de Educación de la Nación fue encomendado para garantizar su exhibición, empleo y difusión, en todas las instituciones educativas públicas y privadas, mediante la provisión de la lámina correspondiente.
Las editoriales debieron incluir el mapa bicontinental en las nuevas ediciones de libros de texto y aquellos editados con anterioridad debieron incorporar el mapa bicontinental, en caso de reimpresión o reedición.
Hasta ese momento se utilizaba en nuestro país el mapa que mostraba al Sector Antártico en un pequeño recuadro a la derecha del territorio americano, que aparentaba una dimensión disminuida del Sector Antártico Argentino.
Los 965.597 kilómetros cuadrados que aporta la Antártida al territorio nacional significa un tercio de la superficie continental americana del país.
Esta decisión se adoptó en un contexto de creciente puja territorial en el Atlántico Sur, sobre todo con Gran Bretaña. Su ocupación “sobre las Islas Malvinas, con el dominio sobre las Georgias del Sur y Sandwich del Sur que esto implica, fue y es la puerta de entrada a la Península Antártica. Ambas causas se encuentran íntimamente entrelazadas, al punto que el Reino Unido fundamenta su reclamo antártico en base a la ocupación que ejerce sobre aquellas islas. Una pequeña población trasplantada con una fuerte guarnición militar son utilizadas como excusa para reclamar tres archipiélagos sudamericanos, con millones de kilómetros cuadrados de superficie rica en krill y petróleo, más un gigantesco sector antártico” (Pablo Fontana. La pugna antártica).
Como demostración de su afán expansionista, dos años después de la sanción de la Ley 26.651, el imperio británico le ‘obsequió’ a su reina “un área de 437.000 km2 comprendidos (…) entre la Barrera de Hielos Filchner y el Polo Sur (…) incluido dentro del Sector Antártico Argentino (…) el gobierno británico ignoró esos hechos y pasó a denominar la región ‘Tierra del Isabel II’” (op.cit.).
