a de los caballos sueltos es una imagen habitual en Ushuaia. Pero esta vez llama la atención la mirada del equipo hacia más allá del horizonte. Quizás se prepara para esquivar a algún auto que sube, o anda pispeando algo de puro chusma, o solo está esperando que llegue el dueño y lo saque del medio de la calle.