El gobernador marcha a encontrarse con nativos y desaparece
EL 23 DE OCTUBRE DE 1852

El gobernador marcha a encontrarse con nativos y desaparece

23/10/2020
E

l gobernador magallánico Bernardo de Rudolph Amandus Philippi sale de Punta Arenas a  encontrarse con los tehuelches, pero desaparece sin dejar rastros. Luego, se llega a la conclusión que fue asesinado por los nativos, siendo la primera víctima de una saga de crímenes.
Los nativos se habían indignado por la ejecución de varios de los suyos, consumada por los  rebeldes liderados por el capitán Antonio Cambiazo.
El alemán Philippi al llegar a Chile se propuso promover la colonización de sus connacionales en el sur chileno y se entrevistó con el presidente. Estrechó lazos con las autoridades chilenas y fue nombrado gobernador.
Sus primeras medidas fueron reconstruir la aldea destruida por los sublevados y restablecer el  comercio con los tehuelches.
Su hermano, Rodulfo Amandus Philippi, reconstruyó la tragedia y escribió el siguiente relato: « El cacique había estado comiendo en su mesa y él también le había hecho algunos regalos. El cacique lo había invitado enseguida de retribuirle la visita en su campamento. Mi pobre hermano tuvo una confianza demasiado grande en los indígenas. Un día se puso en camino para visitar a estos indígenas, acompañado sólo de un ordenanza y un mestizo indígena de intérprete. A mitad de camino tuvieron que pernoctar y en la mañana siguiente fueron asaltados por los indígenas que mataron al infeliz y a su acompañante con mazas, dejando sólo al intérprete con vida » (Revista Impactos N° 101. Punta Arenas, febrero de 1998).
Los nativos concretaron varios crímenes más: « se encontró en el campamento un pintor alemán (Alejandro Simon), contratado por mi hermano para pintar el paisaje y a los indígenas, acompañado de un joven. Ambos también fueron asesinados. Entonces ya eran cuatro los blancos que habían sido muertos por los indígenas. Cuando mi hermano no regresó a la colonia, el comandante se puso en camino con una tropa de soldados para buscarlo. Pero los indígenas habían desaparecido sin dejar rastros. En vista de que los soldados no esperaban un ataque, regresaron de manera desordenada. Pero en la revista se constató que faltaban tres hombres, que también habían sido asesinados por los indígenas desde una emboscada. Han sido entonces siete los blancos que perdieron su vida como una venganza sangrienta de los siete indígenas muertos por Cambiazo. Con eso la cuenta quedó saldada » (op.cit.).

Autor : Bernardo Veksler
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