n la edición de este día, el diario ‘La Prensa’ publica una nota sobre la llegada a Ushuaia de la expedición comandada por Augusto Lasserre, que estableció la presencia oficial argentina.
El artículo no tenía firma, pero “es lícito decir con seguridad que se debe al capitán Federico Spurr”. Fue titulado: “La expedición al Sud. Entrada al canal de Beagle. La misión inglesa de Tierra del Fuego” (Arnoldo Canclini. El periodismo en Tierra del Fuego).
Relató el arribo a Ushuaia: “se presentó un bote con seis remeros indígenas, también vestidos (…) en la popa de la embarcación, veíanse seis caballeros muy decentemente vestidos de aspecto muy distinguido; estos señores fueron recibidos por el jefe de la expedición con las atenciones que le son peculiares; ninguno habla castellano; pero Mr. Bridge que es jefe de la misión, hombre de unos 45 años, trigueño, bajo de estatura, ojos vivos, un semblante que revela un conjunto de dulzura perspicaz y una fuerza de voluntad a toda prueba, presentose asimismo, y a sus compañeros de abnegación, dos de los cuales, son maestros (…) de la escuela de artes y oficios que tienen establecida con el objeto de hacer de los salvajes fueguinos, hombres y mujeres útiles a la civilización” (Arnoldo Canclini. Ushuaia 1884-1984).
Spurr describió que la “colonia indígena se compone de 40 familias que forman un total de 330 personas, doscientas hablan inglés y visten de paño que les proporciona la misión, de 40 a 50 niños asisten a la escuela y muchos de ellos saben leer y escribir, algunos son carpinteros y otros herreros, los más agricultores: poseen 200 vacas que también les ha proporcionado la misión. Los que se portan mejor son estimulados con útiles de servicio doméstico. Algunas familias ya tienen un servicio completo, hasta de tazas para tomar el té”.
En otro párrafo, reflejó a la pequeña aldea: “Los edificios son de madera; los habitados por los misioneros son tan cómodos y confortables como los de La Plata. Hay una iglesia que también es escuela, espléndido salón de 20 metros de largo y 10 de ancho; tiene también 20 bancos de 5 asientos cada uno, una pequeña tribuna y una muy buena estufa en el centro, un gran cuadro representando el nacimiento del niño Jesús y el acto del bautismo en el río Jordán, tres mapas geográficos y dos letreros de alabanza a Dios terminan el ornato del templo” (op.cit.).
