ste día, finaliza la recolección de huevos de pingüino por parte de la dotación de la base argentina en las islas Orcadas del Sur. El acopio se realizó durante tres días y era considerado vital para garantizar la alimentación del año venidero.
El jefe de la dotación, el dinamarqués H. Valentiner había organizado el operativo en la última semana de octubre calificándolo de “muy importante”, dado que desde que “llegamos comimos huevos de pingüino conservados en la despensa”, que habían sido dejados por “los expedicionarios anteriores, pues ellos, en noviembre del año pasado, recogieron cuatro mil, de los que usaron un millar hasta que nosotros llegamos aquí. El resto, o sea tres mil huevos, quedaron para nuestro consumo” (José Manuel Moneta. Cuatro años en las Orcadas del Sur).
Además de Valentiner y el argentino Moneta, la dotación se completaba con los alemanes R. Plagge y Otto Zeiger.
Los pingüinos de la colonia próxima habían comenzado a arribar a fines de octubre, para preparar los nidos. Esa ocasión fue propicia también para consumir carne fresca de esas aves.
El jefe propuso el operativo: “Haremos la recolección en los primeros días de noviembre, posiblemente antes del 10, pues debemos asegurarnos que los huevos sean los más frescos”, antes que comience el proceso de incubación. Determinó que los alemanes “deberán turnarse para ir diariamente a la roquería, a partir del 1° de noviembre, con el objeto de vigilar atentamente el momento en que aparezcan los primeros huevos”.
Valentiner era el más experto del grupo, al haberse desempeñado al frente de la dotación en la campaña de 1919 y 1921. Por eso aconsejó para llegar a la pingüinera hacer un trayecto por mar. “Teniendo el mar helado la tarea es sencilla, pero han ocurrido casos en que ese transporte fue necesario hacerlo por medio del bote, porque el hielo del mar se rompió antes de llegar el mes de noviembre. Los viajes por agua son muy peligrosos, porque los temporales pueden sorprender a los expedicionarios navegando en el centro de la bahía”.
Para llegar al sitio de la colonia utilizaron un trineo transportando cajones donde acomodarían los huevos. Para esa tarea se volcaron los cuatro hombres de la dotación.
El procedimiento de recolección se hacía tomando de la cola al animal que empollaba y se extraía el huevo. La campaña permitió ‘cosechar’ unos cinco mil huevos.
