unque no lo pudo sintetizar en palabras, queda claro que el amigo se plantó en la ventana para manifestar su disconformidad con las limitaciones que le imponen al libre tránsito por la vía pública. Un par de veces para hacer sus necesidades no le alcanza a ningún perro de bien. “Basta de infectadura”, gruñó el can, influenciado por sus dueños.