Se incendia el edificio de la Comisaría de San Sebastián
EL 3 DE DICIEMBRE DE 1897

Se incendia el edificio de la Comisaría de San Sebastián

03/12/2020
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ste día, se produce el incendio del edificio de la Comisaría de San Sebastián, dejando transitoriamente en el desamparo a su personal.
Días después, los uniformados fueron alojados provisoriamente en un galpón de Mauricio Braun, quien facilitó esas instalaciones por un lapso de tres o cuatro meses.
El episodio fue calificado por la Gobernación como una pérdida importante, dado que se estaban desenvolviendo enfrentamientos sangrientos entre el personal de las estancias y los selk´nam.   
La reconstrucción del edificio siniestrado fue contemplada como una prioridad por parte del gobernador Pedro Godoy, con el propósito “de defender a los pobladores contra las invasiones de los indios onas”.
La provisión de materiales para ese fin dependía del aserradero de la cárcel de reincidentes. Pero el 1 de marzo otro incendio lo destruye por completo y diluye las posibilidades de cumplir la proyectada reconstrucción.
La situación de las comisarías se complica porque, aunque están autorizados los gastos para construirlas, no existía stock de madera en Ushuaia y el incendio había destruido hasta las herramientas de los carpinteros.    
Para resolver la emergencia el Ministerio de Guerra aportó tres carpas grandes, para diez individuos cada una, y tres chicas para el comisario y sus oficinas.
Mientras tanto el Departamento de Obras Públicas de la Nación confecciona unos planos de comisaría que fueron aprobados en octubre. El personal policial también estaba con déficit de caballada, armamento y municiones.
La Comisaría de San Sebastián estuvo a cargo del rumano Máximo Popper, hermano del titular del emprendimiento aurífero de El Páramo, desde el 20 de abril de 1888. La delegación policial en el norte provincial fue demandada reiteradamente por Julio Popper, para combatir la amenaza que significaba para su establecimiento la incursión de audaces mineros, que llegaron a atacar El Páramo y producir robos, agresiones del personal y destrucción de equipamiento.
Máximo, a pesar de su juventud - contaba con apenas 21 años- tenía la salud quebrantada y sólo se mantuvo en el cargo un año.
Al renunciar, fue nombrado José Porcel, empleado de Popper, quien renunció al cumplirse seis meses de gestión. Finalmente, se hizo cargo de la delegación policial Ramón L. Cortés, que tuvo una prolongada carrera en la primitiva policía territorial fueguina.

Autor : Bernardo Veksler
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