ste día, el comisario de Río Grande, José Pezzoli, informa al jefe de la Policía del Territorio, Marcos García, del “crimen cometido por dos de las indias semireducidas” llamadas Mariana y Lucía. El hecho ocurrió el cuatro de setiembre, siendo la víctima la nativa llamada Tolkete (a) Negrita, cuyo crimen fue llevado a cabo de la manera siguiente: “En el día tres del referido mes llegó a la Comisaría la hoy extinta Tolkete como de paseo, como así lo acostumbraban todas ellas con frecuencia sin que se suscitara entre ellas discusiones que llamasen la atención a los empleados (…) las tres indias citadas salieron a una mancha del bosque que dista cinco cuadras más o menos de la casa en busca de frutas silvestres; regresando a la hora después solo Mariana y Lucía, a las cuales se le preguntó por la Tolkete y sin que aquellas demostraran estar sorprendidas, contestaron que esta se había ido a uno de los puestos del campo del señor Menéndez en busca de su querido” (Arnoldo Canclini. Indios, Policías y Agitadores).
La víctima era conocida de Pezzoli y “siempre sabía alojarse en cualquiera de los puestos de las Estancias Primera y Segunda Argentina, empezó a extrañarse que no se viera en algunos de ellos”.
Después de las averiguaciones hechas, el 29 de noviembre, “a consecuencia de un disgusto entre todas las indígenas que están en esta, se tuvo conocimiento por una de ellas llamada Dominga que Mariana y Lucía habían dado muerte a la Tolkete el día que salieron de paseo por el bosque”.
Al ser detenidas las dos nativas, que tenían dificultades para utilizar el idioma castellano, Pezzoli pudo interpretar que la habían asesinado “por celos (…) con patadas y le habían prendido fuego para que desaparecieran las huellas del crimen”.
Pezzoli y otros policías se dirigieron hacia el lugar que las detenidas indicaron, “encontrando debajo de un montón de leña quemada parte de un cuerpo humano que no estaba del todo destruido por el fuego, más un pedazo de género del vestido y un botín por lo que se pudo constatar que la víctima era Tolkete”.
Al ser llevadas ante el juez, Lucía “todo lo que pudo expresar fue su nombre siendo imposible tomarle declaración” (op.cit.).
Ocho años después, se tuvo conocimiento del fallecimiento de ambas mujeres, por tuberculosis, en la isla Dawson, sin que se supiera quien dispuso su traslado a la misión salesiana chilena.
