ste apasionado binomio decidió resolver un problema de despiste y de tracción, nada más y nada menos que con el contrapeso de su copiloto, nuestra vecina Agus Herbert. A juzgar por sus tiernos pero escasos 45kg quizás faltó un poco... Pero el éxito estuvo medido por el peso de la pasión que le mete, que es más que suficiente.