l desconsuelo mostrado por un grupo numeroso de pingüinos ante el fallecimiento de sus pichones, es reflejado en las imágenes capturadas por Daniel J. Cox, un fotógrafo de la vida salvaje.
Mientras retrataba paisajes en la plataforma de hielo Riiser Larsen, en la Antártida, Cox se encontró con esas imágenes desoladoras, que dejaron en evidencia el dolor de estas aves ante la masiva muerte de sus crías.
El fotógrafo pudo “capturar estas dos terribles instantáneas en las que vemos como un grupo de pingüinos emperador llora la muerte de sus crías por el frío y la falta de alimentos. En sus palabras la escena era desoladora y los pingüinos ‘daban vueltas por el hielo revolcándose como si estuvieran de luto y buscaban entre la nieve a sus crías muertas’. Los científicos todavía no saben que ha podido causar un episodio tan trágico como este” Pero, aseguran que “la mortandad masiva de crías de animales en climas extremos no son inauditas” (antena3.com | Madrid, 28.01.2011)..
El suceso ocurrió cerca del río Larsen Riiser y se estimó que la mortandad superó el millar de pichones.
En las imágenes, se puede apreciar el momento en que cientos de pingüinos permanecen recostados en el hielo, tratando de encontrar consuelo reuniéndose con otros ejemplares de su especie, de una manera que se asemeja a las prácticas humanas del velatorio.
“Ellos se encorvan como si estuvieran en un estado de tristeza y pasean por el hielo congelado tratando de ubicar a sus crías”, señaló Cox.
En una foto se ve a los pingüinos acostados sobre el hielo, postura que, aseguró el fotógrafo, manifestaba su tristeza, y parecía como si buscaran reanimar a sus crías. En la otra fotografía, se ve a un pingüino observando a las crías muertas y congeladas.
Como informó el diario inglés Daily Telegraph, la acción de fotografiar momentos dolorosos en sitios extremos como éste no es algo inusual en el trabajo de Cox: “Parte de mi trabajo es aceptar que junto con vistas espectaculares de la naturaleza, suceden momentos duros de la vida. Ver a los pingüinos emperadores de luto, de una forma tan humana luego de que sus crías murieran, fue desolador”.
A pesar que se cree que por lo general los animales no suelen manifestar sus sentimientos, el contacto con este tipo de situaciones permite alcanzar la comprensión de que pueden tener reacciones similares a las humanas.
