odos, seguramente, coincidimos en que la ciudad debe contar con espacios verdes y en cada cuadra con una nutrida cantidad de árboles. Pero a veces ocurre esto: no hay por dónde pasar.
Obliga al peatón a agacharse y aventurarse a una selvática travesía, o caminar por la calle, con el peligro que eso implica. Una buena poda sería la solución.