Antonio Rivero vende carne de buey malvinero a navegantes
EL 3 DE FEBRERO DE 1834

Antonio Rivero vende carne de buey malvinero a navegantes

03/02/2021
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ste día, Antonio Rivero -el líder de la sangrienta rebelión de las Malvinas- negocia con los tripulantes del navío ‘Antartic’ la entrega de carne fresca de buey cimarrón a cambio de municiones.
Esta transacción ocurre luego de que la violenta incursión de las fuerzas británicas consumara el despojo de las islas, el 2 de enero de 1833, y que los peones del establecimiento de Luis Vernet se rebelaran -por incumplimiento de las condiciones contractuales- y asesinaran a cinco empleados jerárquicos de la empresa, el 26 de agosto de 1833.
Luego del despojo, las islas quedaron acéfalas varios meses. Los oficiales británicos encomendaron “al despensero W. Dickson la tarea de izar el pabellón británico todos los días domingos”. Recién un año después desembarcaron “al teniente Henry Smith con cuatro soldados, comisionados para capturar a los criminales que habían fugado”.   (Ernesto J. Fitte. Crónicas del Atlántico Sur).
Rivero y otros siete peones huyeron con la caballada y provisiones hacia el interior de la isla Soledad, dispuestos a aprovisionarse del abundante ganado bagual existente. En tanto, el puñado de habitantes de Puerto Luis se refugió en una isla cercana, temiendo ser alcanzados por las represalias de los rebeldes.
En este marco se aproximó a la costa el ‘Antartic’, “en absoluta ignorancia de los sangrientos sucesos”. Tiraron el ancla en “la bahía de San Salvador en busca de víveres, que sus tripulantes pensaban obtener en tierra cazando gansos y patos salvajes”.
Inesperadamente, los marinos ingleses vieron aparecer “tres jinetes fuertemente armados al conocer la necesidad de carne fresca  que tenían, ofrecieron al capitán Nash entregarle una vaca gorda y siete bueyes a razón de 5 dólares por cabeza, pagaderos no en dinero sino en equivalente de pólvora, balas, tabaco y aguardiente”. Esa primera transacción “se redujo a la vaca únicamente, efectuándose la entrega de la res en una cueva escondida al borde del mar, donde siete facinerosos libraron el animal recién sacrificado”.
Luego repitieron la operación, “que esta vez incluía los bueyes ofrecidos, y para recibir la paga concurrió a bordo el cabecilla de la banda, a quien sus compañeros llamaban por el nombre de ‘capitán Antook’, este sujeto no pudo ser otro que Antonio Rivero” (op.cit.). Los peones rebeldes se fueron entregando a los soldados ingleses y su líder también lo hizo el 18 de marzo.

Autor : Bernardo Veksler
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