ste día, los restos del cacique Inakayal son llevados desde el Museo de Ciencias Naturales de La Plata hacia su tierra natal en la provincia de Chubut, y entregados a la comunidad mapuche que subsiste en la localidad de Tecka.
Al llegar el avión que transportaba a la delegación a Esquel, fue recibido con ceremonias tradicionales de los nativos y luego siguió viaje a Tecka. Una vez allí, la comitiva se trasladó “hacia la cima de un cerro, donde había una construcción cónica, donde se le dio la despedida final, cubriéndose la urna con piedras. Toda esta ceremonia fue seguida por una gran cantidad de descendientes de indígenas que se acercaron con gran congoja y emoción” (Pagína 12, 12/5/1994).
Una vez concluida la campaña contra los pueblos originarios patagónicos, el ministro de Guerra, general Benjamín Victorica imparte directivas para “copar las tolderías de los caciques Inakayal y Foyel. Con tal propósito fue destacado el teniente coronel Vicente Lasciar, con tropa de 50 hombres. La mañana del 18 de octubre de 1884 (…) atacan sin previo aviso a la toldería, produciéndose 30 bajas y gran cantidad de prisioneros, que son llevados a las prisiones del Tigre y al Museo de la Plata” (Fernando Pepe, Miguel Añon Suarez y Patricio Harrison. Antropología del genocidio).
El cacique muere cuatro años después, a una edad aproximada de 45 años. “Dormía casi todo el día, discutía fácilmente, muy apático y sin ninguna preocupación por su persona”, dando “cuenta del malestar que le producía su cautiverio en el Museo de La Plata”.
Su muerte tuvo una causa dudosa. Según las autoridades realizó “un ritual en las escaleras del Museo despojándose del ropaje blanco y luego se desvanece”. Existieron sospechas de haber “sido empujado por las escaleras al desnudarse en público”. Otras versiones creían en un posible suicidio “ante el tormento diario de ver expuestos los restos de sus seres queridos en las vitrinas del Museo”. Los restos de Inakayal presentaban fracturas de los “huesos de la nariz (…) quebrados por una caída o un golpe, también le faltaban varios dientes”.
Junto al cacique en el museo se encontraban cautivos, entre otros, su mujer Margarita Foyel y la kawésqar Eulltyalma o Tafá que fallecieron casi simultáneamente en octubre de 1887.
El hallazgo del cuero cabelludo y el cerebro de Inakayal obligaron a una restitución complementaria en 2006.
