ste día, Ceferino Namuncurá, enfermo de tuberculosis, es internado en un hospital romano, donde el 11 de mayo fallece a la edad de 18 años.
Había nacido en 1886 en Chimpay, Río Negro. Era hijo de Manuel Namuncurá y de la cautiva trasandina Rosario Burgos, y nieto del legendario cacique Calfucurá, líder de los pueblos originarios pampeanos y norpatagónicos.
Manuel Namuncurá se enfrentó al Ejército en las campañas militares, pero su poder fue disminuyendo y se rindió en 1884, en la actual provincia de Neuquén.
Los sobrevivientes fueron llevados a la isla Martín García o repartidos como mano de obra agrícola o doméstica.
Ceferino fue educado por los salesianos, con el propósito de “que vuelva a su comunidad para evangelizar. De ahí proviene la irradiante imagen como indígena que aceptó la ‘civilización’ y el bautismo como símbolo de fe y de una tarea profética misional (…) fue presentado por la Iglesia y el Estado, como un caso ‘excepcional’ y superador de su ‘condición de indígena’” (Hernán Perriere. La Izquierda Diario. Buenos Aires, 26/8/2020).
Comenzó “sus estudios en el Colegio Pío IX de Buenos Aires y en 1902 fue trasladado a Viedma para el tratamiento de su tuberculosis, allí inició sus primeros pasos para ser seminarista”. En 1904 fue llevado a Roma y recibido por el papa Pío X. Continuó sus estudios en Turín hasta que falleció.
En 1924, sus restos fueron repatriados y llevados a la capilla reconstruida del antiguo Fortín Mercedes, en la localidad bonaerense de Pedro Luro, hasta que en 2019 fueron trasladados a la comunidad mapuche San Ignacio en Junín de los Andes, donde recibieron sus cenizas con una ceremonia mapuche.
En 1944 se iniciaron los trámites de beatificación. Pero, en los años 60 y 70 la figura de Ceferino se hace popular, con estampitas, historietas y películas. Cumpliendo con los milagros necesarios, en 1972 el papa Pablo VI lo declaró “venerable de santidad”. En Chimpay se inauguró el primer monumento de Ceferino y la ciudad se convirtió en lugar de peregrinaje “aunque en esta localidad no están sus restos ni ningún objeto sagrado de Ceferino, solo hay un santuario. Sin embargo, en 2007, allí se realizó la ceremonia de beatificación. Cada agosto celebran allí la ‘Semana de la Fe’ y peregrinan miles de fieles.
Ceferino es el primer argentino miembro de una comunidad originaria reconocido como beato por la Iglesia Católica.
