n la edición de este día, el diario ‘Esquel’ anuncia la continuidad de la gira del teatro escuela Fray Mocho, que había iniciado unos días antes. El artículo anuncia que el elenco recorrerá “localidades chilenas para abarcar más tarde algunas provincias argentinas”.
Su paso por la localidad chubutense fue destacado por el diario: “Su brevísima permanencia en nuestro medio deja un gratísimo recuerdo. Dos cualidades de Fray Mocho: la artística, de gran jerarquía tanto en lo que hace a la labor de los intérpretes –en lo individual y de conjunto- como al criterio que rige la selección de las obras; y en lo personal” por los vínculos afectivos que los integrantes del elenco supieron granjearse en Esquel.
La estadía en la ciudad abarcó cuatro días, “pero el registro del Diario de Gira tiene pocas páginas tan cargadas de agradecimiento y de alegrías compartidas para una sola localidad” (del recordatorio efectuado por Marcos Britos al cumplirse 60 años de la gira).
La gira se había iniciado en Cutral Co, siguió en El Bolsón y luego Esquel, llegando “en un colectivo alquilado para la ocasión. Lograron arribar a la noche, después de 12 horas de viaje”.
El nombre que los identificó tuvo un origen fortuito: “Cuando Oscar Ferrigno viene de Europa viene con ideas renovadas. Había gente que pertenecía al Teatro de la Máscara; cuando plantea cambios hay gente que no acepta y gente que lo sigue. Entonces crea la Escuela de Teatro Fray Mocho con esa corriente que trajo de Europa. Cuando buscan el nombre se topan con la librería que le prestaba los textos de libretos”, que se llamaba así. “Ese nombre representa la crítica a la sociedad de ese momento”, era el seudónimo que usaba el escritor Sixto Álvarez (Revista El Abasto, n° 46, junio 2003).
El director era Ferrigno, y en el elenco participaron: Antonio Pérez Tersol, Carlota Liacho, Roberto Britos, Nilda Eyras, Helka Ziperovich, Estela Obarrio, Chantal Thomé, Mauricio Farberman, Néstor Raimondi, Roberto Espina, Carlos Pugliese, Irene Schetter y Alberto Panelo.
El propósito de grupo teatral era buscar “al espectador nativo, virgen de imágenes modernas, para despertar sus emociones con Moliere y Chancerel o con Canal Feijóo y Carlos Pacheco. Sólo con la enorme vocación del elenco se hizo posible concretar una gira que llegó a recorrer 14.202 kilómetros” durante un año, por localidades argentinas y chilenas, llegando hasta Jujuy.
