n la madrugada de este día, una mujer se presenta a la clínica San Jorge de Ushuaia demandando la asistencia urgente de un médico para una joven que se encontraba en grave estado, solicitando el domicilio de un profesional de la salud para ir a buscarlo urgentemente. “La enfermera que atiende a esta persona responde que no está autorizada a dar la dirección de los médicos” y le sugiere que traiga a la “paciente para que la observe un médico de guardia” (Suplemento 10 años de Tiempo Fueguino, 23/8/1997).
La mujer rechazó el requerimiento. Media hora después, volvió “junto a un joven, trayendo ambos a una mujer inconsciente”, la arrastraron hasta una camilla y la llevaron urgentemente en un consultorio. “Al instante aparece el Dr. Jorge Posleman, quien la revisa y constata que la mujer estaba muerta, presumiendo en aquel momento, producto de una hemorragia vaginal dado que había gran cantidad de sangre en la ropa interior de la fallecida. Posleman, agrega, ‘que quienes acompañaban a la occisa eran precisamente el marido y una amiga, presentando ambos tremendas manchas de sangre. Entre que llegaron y la revisé pasaron dos minutos, dos minutos y medio, en ese lapso sus acompañantes desaparecieron’”.
Posleman continúa explicando: “Vuelven a los 20 minutos aproximadamente, cambiados de ropa y a raíz de estos hechos, por la hemorragia visible, fue que caratulamos de muerte dudosa el deceso de esta muchacha, debiendo darse parte urgente a la policía”.
El personal de la clínica pudo apreciar que en “las declaraciones o respuestas del marido de la fallecida, se podía notar claramente serias contradicciones, pues primero adujo que no estaba embarazada y luego admitió la gravidez, estaba nervioso, asustado y lloraba, pero al poco tiempo se fue. Más tarde aparece la policía y vuelve la amiga”, quien ya estaba al tanto de la situación, y manifiesta que había involucrada una tercera persona que “practicó el aborto, negando a su vez cualquier intervención personal en los hechos. Amén de esto, el cuerpo de la víctima fue traslado al hospital para realizarle la autopsia correspondiente”.
En el artículo citado, el diario se rectifica de una información que había sido publicada, donde se aseguraba que el aborto se había efectuado en esa clínica, modificando “la falsa imputación que en una edición anterior le realizara al nosocomio de marras” (op.cit.).
