reemos que ese es el pensamiento de los conductores de estos dos rodados que indudablemente hicieron lo imposible para que la senda peatonal quede bien obstruida. ¿Habrá que mandarlos a una escuela de educación vial?, no sabemos, pero queda claro que de esa palabra que mucho se habla “empatía”, estos dos, no tienen ni idea que es.