a aprobación de la ley que “prohíbe el cultivo y producción de salmónidos en aguas jurisdiccionales lacustres y marítimas de la Provincia” generó reacciones encontradas dentro del Gobierno nacional, ya que mientras desde el Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de Nación se respaldó el dictado de una norma de tales características, el ministro de Desarrollo Productivo calificó de “decisión equivocada” la sanción de la ley en cuestión.
Matías Kulfas, en declaraciones a una radio de la Ciudad de Buenos Aires, se manifestó de acuerdo “con una producción que tenga un especial cuidado y resguardo ambiental”. Si bien dijo que “se acabó hace mucho la era de pensar que hay que producir y producir, y que el ambiente pague las consecuencias, sin ninguna política al respecto”, sostuvo que “entre ese vale todo y el prohibicionismo hay una amplia gama a evaluar”.
El funcionario dijo que “no me parece bueno prohibir una actividad. Hay que regularla, tener muchísimos controles ambientales. Hay que zonificar, diferenciar las tecnologías para ver cuáles son las correctas y cuáles no, y aprender”, y afirmó que “más que prohibir hay que controlar, ser cuidadosos y por eso creo que la prohibición lisa y llana es un error”.
El posicionamiento de Kulfas sobre la ley aprobada por el Parlamento fueguino difiere del que había fijado previamente el viceministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de Nación, Sergio Federovisky.
El Biólogo especializado en ecología, periodista ambiental y funcionario había señalado a la agencia TELAM que la ley aprobada en la Provincia a Fuego es una “decisión importante” que “va en el sentido de la transición productiva que tiene que hacer tanto la Argentina como todo el mundo: la de pasar de explotaciones altamente insustentables a otras que no lo sean”.
Casi replicando los fundamentos esgrimidos durante la sesión del pasado miércoles 30 de junio, Federovisky apuntó que “tanto por lo que significa como introducción de una especie exótica, como por los impactos que tiene sobre la flora y la fauna local, más la competencia desleal que hace de especies autóctonas, la salmonicultura como está planteada en la actualidad solo significa un beneficio económico para un sector muy acotado y un alto perjuicio para una región cuya potencialidad del ambiente, explotado de manera sustentable, resulta crucial para pensar el futuro de otro modo”.
El viceministro de Ambiente interpretó que mediante la ley aprobada la provincia hizo uso del “principio precautorio”, al que calificó de “eje esencial de la política ambiental moderna”, ya que “cuando una actividad se presume dañina para el ambiente no debe permitirse que comience hasta que no estén dadas todas las garantías de que no va a perjudicar los recursos naturales. En el caso de la salmonicultura, esas garantías no están dadas, y por eso corresponde no avanzar en proyectos de estas características”, puntualizó el funcionario.
El proyecto aprobado por unanimidad, que aún debe ser promulgada por el Ejecutivo provincial, no establece una prohibición absoluta para el cultivo y producción de salmónidos ya que reconoce la vigencia de “los proyectos existentes de acuicultura relativos al cultivo y producción de la trucha arcoiris en escala artesanal en el territorio físico de la Provincia”, a la vez que contempla la autorización de nuevos proyectos de cultivo y producción artesanal de trucha arcoíris, trucha marrón y fontinalis que cuenten con evaluación de impacto ambiental “estratégico y acumulativo” aprobado y que no superen las 50 toneladas de producción al año.
Una ley “consistente con la estrategia productiva de la provincia” Más allá de cómo se analice fronteras afuera la ley de prohibición de la salmonicultura, desde el Ejecutivo fueguino se respaldó abiertamente la determinación adoptada por el Poder Legislativo. “Es una ley muy bienvenida a los efectos ambientales y a los efectos de planificación de la estrategia de desarrollo de la mitilicultura, acuicultura y pesca artesanal en la Provincia”, ya que “no sólo implica recaudos ambientales, sino que atiende a la demanda de diversificación productiva dentro del contexto socio económico de Tierra del Fuego”, precisó la Ministra de Producción y Ambiente, Sonia Castiglione. |