ste día, el gobierno de Chile rechaza el ultimátum de España y le declara la guerra, generando una situación de tensión que afecta a toda Sudamérica.
El conflicto se había originado en una disputa gremial entre un hacendado peruano y colonos españoles de su plantación, que se defendieron con armas. La instancia judicial falló a favor del hacendado.
Madrid todavía no había reconocido la independencia del Perú y aprovechó la ocasión para intentar recuperar su alicaído poderío. Consideró el hecho como un agravio y “mandó una escuadra al frente del almirante José Manuel Pareja hasta El Callao para exigir pretendidas acreencias de su ex colonia, que fue rechazada por Perú, por lo cual ocuparon en abril de 1864 las islas guaneras Chinchas” (Alberto Sarramone. Orllie-Antoine I).
Por esa razón, el gobierno de Chile consideró esa ocupación como una agresión a la independencia de la región y negó el abastecimiento de carbón a los buques hispanos.
El representante español emitió un ultimátum que exigió satisfacciones a Chile por las ofensas recibidas, bajo amenaza de destruir su puerto principal o establecimientos carboníferos. Santiago no aceptó el ultimátum y declaró la guerra.
Esta ofensiva imperialista “sublevó toda la costa del Pacífico. El gobierno peruano convocó un congreso en Lima al que asistieron representantes de Chile, Bolivia, Ecuador, Venezuela, El Salvador y Guatemala. Nuestro representante en Lima, (Domingo Faustino) Sarmiento, había adherido a la enérgica protesta del cuerpo diplomático acreditado en esa capital contra la ocupación española”. Pero, el presidente Bartolomé Mitre decidió desautorizarlo, negarle el permiso para concurrir al congreso y “guardar silencio”.
Los movimientos bélicos hicieron que el gobierno chileno decidiera “ocupar los territorios mapuches de la costa de Arauco temiendo un desembarco” y agudizara el control sobre el estrecho de Magallanes.
Hubo una serie de escaramuzas y en el combate de Abtao la fuerza hispana fue derrotada por la escuadra chileno-peruana.
Chile rechazó las pretensiones de España, que incluían la devolución de la goleta ‘Covadonga’ capturada (“que originó el suicidio de Pareja”). La escuadra hispana, en su impotencia, bombardeó Valparaíso, el 31 de marzo de 1866. Después, zarpó a El Callao, donde fue tan duramente castigada que debió abandonar Sudamérica y consumar otro paso en su decadencia imperial.
