ste día, se conoce un truculento suceso ocurrido en Punta Arenas: la joven Katherine Andrea Calbún Barrera le cercena la lengua a Oscar Urbano Chaparro, mientras compartían la cabina de un camión.
Chaparro era un ciudadano argentino, con residencia en Magallanes, que fue rápidamente internado en el hospital clínico Dr. Lautaro Navarro.
“La víctima, como pudo, se comunicó con Carabineros y al llegar al lugar uno de los funcionarios le tomó declaración, lo cual determinó la rápida detención de la agresora, quien fue formalizada por lesiones graves. El fiscal Fernando Dobson no descartó formalizar a la imputada en el curso de la semana por el delito de lesiones graves-gravísimas, dependiendo de la evolución que tenga el paciente” (Diario El Pingüino. Punta Arenas, 1/10/2012).
La reconstrucción de la historia permitió dilucidar que el suceso se produjo “cuando ambos se juntaron a conversar, después de las tres de la madrugada, al interior de un camión que estaba estacionado en el sector norte, en las afueras del muelle Santos Mardones (…) En un momento dado se inició una discusión y cuando las cosas se calmaron, la víctima le habría solicitado un beso con lengua. Al besarla, ella lo mordió (la lengua), cercenándole parte de la misma, a consecuencia de lo cual la víctima resultó con la amputación traumática de un tercio de ella, de carácter grave, quedando hospitalizada”.
Luego de la agresión, “la mujer abandonó el camión en medio de los gritos del hombre, que sangraba y no podía detener la hemorragia.
Carabineros encontró el pedazo de lengua, entregándoselo al médico de turno del hospital clínico”.
A pesar de los esfuerzos del personal sanitario, no se pudo injertar el trozo de lengua cercenado.
Katherine argumentó en su favor que Chaparro la forzó a que lo bese. No obstante, la gravedad de las lesiones le costó una reformulación de cargos en su contra.
La mujer recobró su libertad, pero el juez le impuso el arraigo regional, impidiéndole ausentarse de la ciudad.
La fiscalía penal de Punta Arenas consideró que los hechos configuraron el delito de “mutilación de miembro importante” y presentó la acusación en contra de la mujer.
Ocho meses después de ocurrido este incidente, el fiscal que investigó la denuncia de Chaparro cerró el caso y, para la imputada Calbún Barrera, pidió una pena de cinco años de prisión.
