Una intensa nevada produce una gran mortandad de animales
EL 6 DE OCTUBRE DE 1902

Una intensa nevada produce una gran mortandad de animales

06/10/2021
E

ste día, cae “una nevada de casi un metro seguida de prolongada y fuerte helada. De cuatro mil corderos que teníamos en Harberton, sobrevivieron menos de cuatrocientos y gran número de madres murieron también. Miles de pájaros del bosque, pinzones, tordos, etc., se vieron obligados a huir de los bosques nevados. Se posaron sobre las playas durante la bajamar, y no acostumbrados a la situación, permanecieron en ellas con las alas abiertas y fueron arrastrados hasta morir ahogados cuando subió la marea” (E. Lucas Bridges. El último confín de la Tierra).
El contexto en que se produjo la nevada fue el del inicio de la primavera, “cuando los árboles y arbustos empezaban a cubrirse de hojas y un sinnúmero de pájaros había vuelto a sus nidos”.
La inesperada remisión al clima invernal provocó un drama generalizado para la fauna fueguina. “Los kaikenes, debilitados, yacían sobre la nieve intentando en vano remontarse, tan indefensos, que era posible acercarse y atraparlos. Había en el puerto interior de Cambaceres una cueva pequeña donde ocasionalmente habíamos ido de picnic; cuando la visitamos ese año, estaba tan repleta de pájaros muertos que no quisimos utilizarla más”.
Bridges recordó un comentario realizado por su padre, que había recopilado algunas conversaciones con los yámana, quienes recordaban haber vivido temporadas de nevadas y heladas muy intensas, que habían generado “una serie de inviernos muy crueles, que desde entonces no se repitieron con igual intensidad”.
A Tomas Bridges le había llamado la atención que en la memoria de los fueguinos “algunos de los más viejos (…) afirmaban recordar épocas en que los canales fueguinos helados no permitían salir en canoa a buscar pescado, su principal alimento, y el hielo sólido que cubría las playas los privaba de sus recursos de almejas y lapas. Habían muerto de hambre centenares de guanacos y sólo unos pocos sobrevivieron (…) Mi padre nos previno que lo ocurrido una vez podía repetirse y que debíamos estar preparados para sufrir, eventualmente, fuertes pérdidas y hasta la total destrucción de nuestros rebaños”.
“A juzgar por el invierno de ese año, los relatos de los yaganes no eran pura fantasía (…) Toda la región de los yaganes sufrió los intensos fríos y la zona de Harberton fue la más castigada. La costa atlántica sólo padeció las fuertes ráfagas heladas del sur” (op.cit.).

Autor : Bernardo Veksler
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