ste día, la escuadra holandesa comandada por Olivier van Noort avista a unos cuarenta individuos pertenecientes al pueblo kawéskar, que hacían señas, gritaban y lanzaban algunas flechas intentando amedrentarlos para que continúen su navegación. Ante los disparos de los holandeses los nativos huyeron.
Van Noort consideró a ese acto como una provocación y envió botes para que sus hombres desembarquen en la isla.
Los hombres armados encontraron el refugio. “Los holandeses hallaron una cueva ocupada por los indios. Como éstos no quisieron rendirse, mataron a tiros a los hombres y llevaron cuatro hombres y dos mujeres de corta edad a bordo” (Carlos Henckel Chriotoph. Las actividades de la expedición de Olivier Van Noort en las costas).
“Este grupo étnico se llamaba Enoo, habitaban una región que ellos llamaban Cossi. La isla pequeña donde se produjo el encuentro se llamaba Talke, la otra grande Castemme. Se alimentaban mayormente de carne de pingüino; de su piel hacían mantas para cubrirse el cuerpo, pero por lo general permanecían desnudos. Habitaban en cavernas excavadas en la tierra. Comían también avestruces que llamaban Talké, y abundantes en esa tierra donde se encuentran también Cossoni, probablemente ciervos. Estos indios se juntaban por linajes, cada uno con su morada aparte. Tenían conocimiento de otros cuatro linajes (…) Estos eran de la misma estatura que los Enoo. Eran tan altos como los holandeses (…) Existía además otro grupo étnico tierra adentro, llamado Tiremenen en el territorio Coin. Estos eran hombres altos como gigantes, de 10 a 11 pies (más de 3 metros)”
El 22 de octubre se había producido “el primer encuentro con un indígena fueguino. En la playa del lado sur de la entrada al Estrecho había un hombre con la cara pintada, una manta en la espalda, corriendo, bailando y saltando hacia los buques. No era más alto que un holandés. Tierra adentro se veían más indios. El almirante envió un bote a la playa y se dispararon 5 ó 6 tiros contra ellos. El indio no sabía qué significaba el fuego y por último se retiró despacio”.
Se produjo “otro encuentro con los indígenas. Al mariscar, algunos expedicionarios fueron atacados por indios amados de mazas y lanzas. Dos holandeses fueron muertos y uno herido. Los indios se dieron a la fuga, llevando consigo los cadáveres”. Esto hizo suponer a los europeos que se trataba de caníbales (op.cit.).
