ste día, se difunde un incidente ocurrido en aguas antárticas, entre un navío de la organización ambientalista ‘Sea Shepherd’ y un ballenero japonés, terminando hundido el barco conservacionista.
El trimarán de alta velocidad, utilizado por los ecologistas australianos para hostigar a los balleneros, fue destruido por el barco ‘Shonan Maru Nº2’, que se puso en movimiento de repente y deliberadamente embistió al ’Ady Gil’, arrancándole 2,4 metros de la proa, afirmó el comunicado.
Por su parte, los japoneses acusaron a ‘Sea Shepherd’ de haber tratado de bloquear las hélices del barco con una cuerda y de haber utilizado “punteros láser verdes” en dirección de la tripulación.
El suceso fue difundido en un comunicado por ‘Sea Shepherd’, donde acusó a los japoneses de atacar deliberadamente a su embarcación, dio cuenta del posterior hundimiento e informó que los seis miembros de la tripulación del barco debieron ser transferidos a otra nave de la misma flota conservacionista. El accidente fue el más grave de los últimos años, durante los cuales la ONG ha enviado naves a aguas remotas para hostigar a barcos japoneses en un intento de que cese su caza anual de ballenas.
La actividad de la entidad fue conocida en todo el mundo gracias a una serie en la cadena de televisión Discovery Channel. El barco hundido, el ‘Ady Gil’, lleva el mismo nombre que el presentador del programa televisivo estadounidense que donó los cinco millones de dólares que fueron necesarios para comprarlo.
La flota dijo que el ‘Ady Gil’, una nave de alta tecnología que parece un bombardero, fue embestido por el barco japonés ‘Shonan Maru’ cerca de la bahía Commonwealth. El barco de la sociedad conservacionista perdió unos tres metros (10 pies) de su proa.
Locky Maclean, el oficial de cubierta del principal barco de la flota, dijo que un tripulante neozelandés parecía haberse roto dos costillas, pero que el resto de personas resultaron ilesas.
Los miembros de la tripulación fueron transferidos al tercer barco de la flota, aunque el capitán del navío averiado permaneció a bordo para ver que podía rescatarse.
“Los balleneros japoneses provocaron una escalada muy violenta del conflicto”, declaró Paul Watson, dirigente de la asociación ecologista. La destrucción del “Ady Gil” representa “una pérdida substancial para nuestra organización”, admitió Watson.
