Estancia Viamonte está paralizada por una huelga de peones
EL 2 DE FEBRERO DE 1922

Estancia Viamonte está paralizada por una huelga de peones

02/02/2022
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n su tercer viaje a Tierra del Fuego –de enero a abril de 1922-, el etnólogo y sacerdote Martín Gusinde, acompañado de “su colega Wilhelm Koppers”, visitan familias yámana en el Beagle y luego cruzan la cordillera. “Continuando su viaje hasta Río del Fuego (a la estancia Viamonte), se sorprendieron ante la ausencia de la mayoría de los peones. Había estallado una huelga en contra de los patrones de Viamonte. Los huelguistas habían sido despedidos ipso facto, fueran o no selk´nam” (Anne Chapman. Hain. Ceremonia de iniciación de los selk´nam de Tierra del Fuego).
También hubo memoriosos que recordaron estos sucesos: en una ocasión “se juntaron más de 600 paisanos en el cabo Peña de todas las estancias y se dirigieron a la estancia José Menéndez en reclamo de mejoras de sueldo”. En ese movimiento “estuvo mi abuelo, que lo mandó Jorge Reynols (administrador de la estancia Viamonte) como tropillero encargado de todos los caballos de la estancia, de donde partió un grupo grande a la movilización” (Testimonio de Rubén Maldonado. Citado en Rebeliones en el Fin del Mundo de Bernardo Veksler).
La situación en Tierra del Fuego se veía influenciada por la agitación del movimiento obrero de Santa Cruz, Chubut, Punta Arenas y Puerto Natales. Los obreros no tomaban en cuenta las fronteras nacionales, intercambiaban experiencias y coordinaban sus acciones.
Lucas Bridges relató “la llegada a la estancia Viamonte de un contingente de activistas anarquistas que intentaban convencer a los peones para que se organicen y se sumen a las luchas gremiales, denunciando las enormes ganancias que obtenían a costa de sus sufrimientos. Los gremialistas fueron presionados por un colaborador de Bridges de apellido Arévalo, con antecedentes criminales, para que abandonen el lugar, cosa que hicieron ‘rápidamente’, según el autor” del El último confín de la Tierra (Rebeliones en el Fin del Mundo).
A pesar de esas intimidaciones, el movimiento huelguístico se fue instalando en la isla. En 1916, “el comisario de Río Grande comunica que peones, frigoríficos y esquiladores de diversas estancias (…) suspendieron trabajos, mientras reciben instrucciones Federación Obrera Punta Arenas. Huelga es tranquila y según parece sólo adhesión a la declarada en otros parajes” (telegrama del gobernador Gabriel Fernández Valdés al Ministerio del Interior, citado por Juan Belza. En la isla del Fuego).

Autor : bernardo veksler
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