lrededor de esta fecha, fallece el alemán Albert Conrad, quien participó del descubrimiento de los restos del extinto milodón.
Murió “loco, pobre y solitario. Se encontró un día su cadáver, tendido sobre el piso de la cabaña que habitaba en el valle del río de las Vueltas. Junto a su ‘tesoro’, consistente en pedazos de cuarzo, que el insano recogía en sus largas exploraciones, se hallaron las más extrañas piedras sin valor. Ahora el sitio se denomina ‘Valle del Milodón’ (…), en territorio argentino, cerca de la vieja y derruida cabaña, se levanta la alta reja de madera de una sepultura, con una cruz y una inscripción que dice: "Alberto Conrad (Q.E.P.D.), fallecido en febrero de 1931". No se sabe el día que murió, porque al hallar el cadáver, ya estaba descompuesto” (Jorge Díaz Bustamante. La Prensa Austral. Punta Arenas, 7/5/1981).
Había oficiado de guía de la expedición a la zona magallánica del “geólogo sueco Otto Nordenksjold, el sabio inglés Dusen y el zoólogo Ohlin, en busca de (…) ejemplares de flora y fauna, y sobre todo piezas de origen volcánico. Entonces Conrad los llevó a la extraña caverna, descubierta hacía poco tiempo por Eberhard y un guardiamarina inglés y les mostró semienterrados, los restos fósiles del milodón, despejados por Conrad. El animal prehistórico sería después de estudios, un desdentado del género glossotherium, llamado milodón, idénticos a los que Darwin descubrió en su época al sur de Bahía Blanca”.
Hubo otras expediciones posteriores, “como la de Hauthal, Roth, Lehmann y Nietche, encontraron todavía restos de ese animal prehistórico lo mismo que Emperaire muchos años después. Hallaron además esqueleto de un tigre desaparecido, félix listai, el terrible "tigre dientes de sable" que atacaba a los milodones. Todos estos huesos fueron llevados al Museo de la Plata y en mayor proporción al Museo de Londres donde aún estarían encajonados, según averiguaciones hechas en los últimos años por altos funcionarios de Magallanes”.
La caverna donde estaban los fósiles había sido descubierta en 1885 por Ernesto Von Heinz y Hermann Eberhard. A poco de ser descubierto llegó Nordenskjold. Los científicos hicieron excavaciones en el interior y encontraron una quijada, vértebras, una costilla y huesos varios, que más tarde permitieron establecer que correspondían a un gran herbívoro identificado como “Mylodon darwinii” (op.cit.).