ste día, se lleva a cabo el Festival de la Solidaridad Latinoamericana, en el club Obras Sanitarias. El evento fue organizado por la dictadura militar luego de la recuperación de las Malvinas y pretendía recaudar fondos para los soldados que estaban en el frente de batalla.
El gobierno de facto encabezado por Leopoldo Fortunato Galtieri había dejado en el olvido persecuciones y censuras, y había convocado a grupos de rock nacional, a los que ya había habilitado la difusión de su música, alterando por completo los consumos culturales argentinos.
El festival “reunió a más de 15 mil personas que presenciaron los shows de Luis Alberto Spinetta, Charly García, Dulces 16, Rubén Rada, Ricardo Soulé (…) Edelmiro Molinari, Litto Nebbia, Pedro y Pablo, Rubén Rada, Nito Mestre, Antonio Tarragó Ros, David Lebón, Raúl Porchetto, León Gieco y el Dúo Fantasía” (Diego Gez. Tiempo Argentino, 26/03/2022).
Pero dos bandas rechazaron la convocatoria: Virus y Los Violadores.
El líder de la banda platense, Marcelo Moura, reveló los motivos: “El clima de la época del festival era bastante pesado (…) Algo que experimentamos en carne propia cuando el 8 de marzo de 1977 se llevaron a Jorge, mi hermano, en nuestra casa de City Bell”.
“La desaparición de mi hermano pesó muchísimo en nosotros porque sabíamos que todo el festival era una farsa, pero más allá de eso, intuíamos que todo sería una gran inmoralidad. Estaba hecho por un gobierno que hacía desaparecer a personas, que en lugar de ofrecerles un juicio justo los secuestraba y los tiraba al mar. Nosotros no queríamos ser parte de todo lo nefasto que sucedía con los militares”, puntualiza Moura.
Recordó que “nunca pensamos en las consecuencias que traería no participar del Festival (…) La decisión de no estar no fue algo que se charló mucho, sencillamente porque todos estábamos de acuerdo”.
Pero la negativa tuvo consecuencias: “nos sacaron de la radio inmediatamente y empezamos a recibir amenazas de muerte”.
Sobre sus colegas consideró “que todos los que fueron parte del festival lo hicieron porque creían en que las donaciones llegarían a destino. De todas maneras, nosotros jamás nos vimos como los héroes de ese tiempo ni nada parecido. La inmoralidad de quienes estaban detrás del evento no invalida a quienes aportaron lo suyo” (op.cit.).
El destino de lo recaudado en el festival fue un misterio y poco o nada llegó a Malvinas.
