n una entrevista publicada, este día, en El Diario del Fin del Mundo, Adrián Schiavini advierte sobre la problemática generada por los perros asilvestrados en Tierra del Fuego, que se acrecienta con el correr de los años y resulta complicado encontrar una solución en el corto plazo.
Schiavini caracteriza que “es una de las máximas tensiones que tiene el ambiente fueguino. Todos los ambientes naturales están sujetos a presiones (…) El perro es algo relativamente novedoso pero de alto impacto a muchos niveles”.
El Investigador del CADIC consideró que para la gente que vive en el campo, “el cambio es prácticamente irreversible”. Añadió que la producción ovina se va a ver afectada “irreversiblemente en el corto plazo (…) Cada vez va a haber menos corderos, si esto ocurre, se va a restringir la zona de producción”.
La problemática se fue generando “en el ámbito urbano, a partir del abandono, y es consecuencia de la falta de conciencia social (...) El perro doméstico es un invento del hombre. Hace miles de años hubo dos vías distintas de domesticación; la de los lobos por un lado, y la de los coyotes por otro, ambos son cánidos emparentados con los perros (...) comenzó a retener a estos animales y así comenzó el proceso de domesticación (…) Se llega finalmente a un perro que depende del hombre y vive en un estado de completa infancia toda su vida”.
“Cuando ese perro se las tiene que arreglar por su cuenta en un ambiente silvestre, la cosa cambia. Esos perros que se van de la ciudad, o que la gente tira en el campo (…) vuelven a desarrollar comportamientos individuales y grupales que sus antecesores tuvieron durante miles de años. Se transforman en perros asilvestrados”.
Sobre la estrategia para encarar el problema, planteó que la “única manera que yo veo es reducir el impacto, ¿cómo sacarlos? Lamentablemente no hay otra manera que matar perros. Es la manera de liberar los ambientes naturales y productivos de estos animales. Además, reducir el acceso a estos animales a comida. Existen muchas herramientas, como la cacería directa con armas de fuego; el uso de tóxicos especialmente diseñados para que no impacten en otros animales y tengan una muerte sin dolor; el cerco eléctrico; el uso de perros cuidadores, que (…) tienen la función de cuidar a las ovejas de los posibles peligros, a través de su capacidad de leer las señales de alarma de las ovejas”.