Ratifican denuncia contra un funcionario penitenciario
EL 31 DE AGOSTO DE 1917

Ratifican denuncia contra un funcionario penitenciario

31/08/2022
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n una carta, fechada este día, Pedro Masceroni, ex maestro de música del presidio de Ushuaia ratifica la serie de denuncias publicadas por Marcial Belascoain Sayós en el periódico ‘La Protesta’. En particular contra el funcionario penitenciario Gregorio Palacios.
En un pormenorizado inventario de atrocidades, Belascoain había enumerado actos de salvajismo contra los presos, castigos arbitrarios, corrupción, fatales malas praxis médicas y tráfico de detenidos con fines sexuales. También, había denunciado el montaje realizado para acusar falsamente a Masceroni de la introducción de alcohol en la cárcel, para despedirlo, sólo por haber tratado “a los presos como personas”.
Palacios “había ingresado como guardián y provenía del oficio de corralero (…) Fue ascendiendo y a medida que logró más poder influenciaba en los directores ya que lo consideraban un gran conocedor de la cárcel y de los penados” (Carlos Pedro Vairo. El presidio de Ushuaia. Volumen II).
Un bestial primer hecho se produjo ante la fuga de dos penados, que al traer los cadáveres les “habían arrancado los ojos” e hicieron desfilar a todos los presos ante los muertos: “Para escarmiento”.
Cuando en sus “apetitos de macho la naturaleza exigía (…) una expansión genital”, entraba en la depravación y buscaba “otro hombre para saciarse (…) un niño, ordenanza, o a un penado hombre, a quien el temor lo obligaba a claudicaciones vergonzosas y cobardes”.
“Tiene la vanidad de ser guapo, pero no busca para cimentar esta fama a los libres ¡no!,  él pega a los presos; como repeler sus agresiones equivale a morir por el suplicio del pan y agua, los desdichados que aspiran a la libertad lo toleran y lo sufren; él pega siempre eligiendo a los más débiles”.
Luego relató el suplicio del penado 71, que comenzó en mayo de 1910, cuando trató de proteger un preso que estaba siendo castigado, y pasó de castigo en castigo. Murió “al cabo de 6 años, debilitado por el frío y el hambre, cubierto, acribillado de heridas por las palizas”. Palacios contemplaba los castigos, “denotaba una salvaje alegría criminal ante los sollozos de la víctima”.
 También estaba involucrado en “la malversación de fondos que giraba el Gobierno y que hacía cazar guanacos para alimentar a los penados” y desviaba “prendas y calzados” hacia el “mercado negro”.
Cada queja o protesta derivaba en torturas y los motines se sofocaban “con una masacre” (op.cit.).

Autor : Bernardo Veksler
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