lrededor de esta fecha, comienzan a ser exhibidos once nativos fueguinos -que habían sido secuestrados y trasladados a la fuerza- en el denominado Jardín de Aclimatación de París. Se trataba de una mega exposición que daba la cobertura de un atractivo espectáculo a una muestra de la dimensión universal de la humanidad, donde el interés pasaba por la exhibición de seres humanos presentados como "diferentes", "primitivos" o "salvajes", desde un explícito criterio de supremacía cultural.
Este propósito eurocentrista, convalidó secuestros de nativos de diversas regiones del planeta y amparó a mercaderes humanos que se beneficiaron reflotando las prácticas más perversas del esclavismo. “Los negocios en Berlín y París han ido estupendamente, lo que me da mucha confianza. En París con los fueguinos tuvimos más de medio millón de visitantes y en Berlín logré recaudar en seis semanas el doble que cuando tuve a los esquimales” (Correspondencia del empresario alemán Carl Hagenbeck, promotor de los zoológicos humanos, citado por José Luis Alonso Marchante).
Bajo una aparente cobertura científica, en la explicación de las características y hábitos culturales de los pueblos allí exhibidos predominaba la superficialidad y el sensacionalismo. En la presentación de los nativos fueguinos no se planteaba que eran canoeros, eran descriptos como nómadas terrestres. Las fotografía tomadas y los grabados e ilustraciones realizados a partir de aquellas exposiciones fueron tomadas como verdaderas y adquirieron carácter científico con un enfoque antropológico.
Los fueguinos habían sido raptados en las costas del estrecho de Magallanes por el marino alemán Johann Wilhelm Wahlen, se cree que eran miembros de la etnia kawésqar. En los primeros días, la hija menor de uno de ellos murió.
Luego de París fueron exhibidos durante tres semanas en Berlín, donde los alojaron en el recinto de los avestruces. La gira siguió rumbo a Leipzig, Múnich, Stuttgart y Nüremberg. Para entonces ya se encontraban bastante enfermos y camino a Zúrich murió una mujer apodada Grethe. La salud del resto del grupo estaba tan frágil que debieron cancelarse todas las presentaciones en Suiza.
De los once nativos secuestrados sólo sobrevivieron cuatro, que fueron trasladados a Punta Arenas en condiciones de extrema precariedad.
