scar Souto, representante de la Municipalidad de Ushuaia en la ciudad autónoma de Buenos Aires, por FM Master’s se refirió a la situación crítica que vive en las últimas semanas el país a raíz del intento de asesinato de la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, desde su mirada en la capital de la Argentina.
En primer lugar, expresó que, como miles de argentinos, el sábado de la semana anterior por la tarde, estuvo en la puerta de la casa de Cristina Fernández, el día de la polémica instalación de vallas por parte del Gobierno de la ciudad. “Cinco días después, cambió mi percepción de cómo se la debe cuidar a la vicepresidenta. Lo que era una fiesta y lo que fue el acuerdo entre el gobierno nacional y el de la ciudad para un entendimiento de la custodia, se demostró que debía ser mucho más profesional”.
Souto hizo un parangón entre lo sucedido esta semana con los episodios de Semana Santa de 1987, con el levantamiento de un sector del Ejército en contra de las instituciones durante la presidencia de Raúl Alfonsín. Recordó que ese día “entré a la Plaza de Mayo con una columna del Partido Justicialista de la Capital Federal y salí con una de la Coordinadora, en la cual tenía algunos buenos amigos”.
Inclusive rescató que, en aquella jornada, Alfonsín salió al balcón de la Casa Rosada, luego de entrevistarse en Campo de Mayo con los sublevados “acompañado de Cafiero, Manzano y Saadi. Ese día la defensa de la democracia era unánime y al día siguiente estábamos discutiendo de nuevo. Pero el consenso de que a cuatro años de reinstalada la democracia debíamos hacer lo imposible para que la democracia siguiera en pie, era unánime”, comparó.
En torno al atentado contra la vicepresidenta y el contexto que lo habría motivado, Oscar Souto dio cuenta de “un discurso cada vez más agresivo que terminó construyendo un sentido absolutamente antidemocrático. Se pasa casi inexorablemente de la violencia verbal a la violencia física”, lamentó.
Expresamente el ex jefe de gabinete municipal rescató la actitud de algunos políticos que se expresaron públicamente, como el propio ex presidente Mauricio Macri, uno de los primeros que salió a repudiar el hecho: “Me pareció correcto, me pareció muy bueno”.
“Acepto todas las discusiones, acepto que cuestionen las políticas del Gobierno nacional actual” expresó argumentativamente. Pero, profundizó en su concepto de construcción de un discurso violento que desemboca en violencia explícita, con un ejemplo reciente: “Una de las más burdas construcciones, ‘se robaron un PBI’. ¿Tenemos idea del monto del PBI argentino, hoy $ de 52.800 billones? Bueno, eso es absurdo y pasaron del discurso al hecho, llevaron una retroexcavadora a excavar el desierto de la Patagonia”.
Planteada por el entrevistador una especie de teoría de los dos demonios, un escenario de dos fuerzas en disputa, cada una de las cuales culpa al otro y encuentra en el otro la fuente de todos los desatinos, Souto rechazó enfáticamente tal opinión: “Podemos hacer una revisión histórica en los últimos 20 años, veamos si hay algún diputado nacional del Frente de Todos o como queramos denominar al peronismo, que haya pedido pena de muerte para Mauricio Macri por haber endeudado la Argentina en $ 47.000 millones”, desafió. Y trajo a colación el efectivo pedido “de un diputado de Neuquén, Sánchez, que pidió para Cristina, en una causa donde está imputada y no está de ningún modo condenada, la pena de muerte”.
Trasladó esa misma lógica al ámbito periodístico, en donde, consideró que, desde algunos medios se motoriza el odio tal como lo enunció en relación con el discurso: “Permanentemente están convocando que vayan a la puerta de la casa de Cristina a manifestarse en contra. Han ido a la puerta del Instituto Patria con una hoz para cortarle la cabeza de Cristina y la policía de la ciudad los saludaba. Han ido con horcas a la Plaza de Mayo, han colgado de las rejas de la Casa de Gobierno bolsas negras con nombres de Estela Carlotto y Cristina Kirchner. Dígame si alguna vez en estos 20 años en alguna manifestación del peronismo vio lo mismo”, cerró Oscar Souto su apreciación.
