ste día, el buque mercante ‘Desdémona’ es varado intencionalmente en la playa para evitar su naufragio, luego de averiarse el casco en la restinga de cabo San Pablo. Posteriormente la nave sufrió un incendio y quedó abandonada en dicho lugar.
Se encontraba al mando del capitán Germán G. Prillwitz, en viaje de Comodoro Rivadavia a Ushuaia con un cargamento de 20.000 bolsas de cemento. Había sufrido una avería en el motor, la cual no habría sido reparada satisfactoriamente. En estas condiciones zarpa de Ushuaia con destino a Río Grande y es sorprendido por un temporal.
El navío contaba con un casco de acero construido en 1952 en un astillero de Hamburgo. Sus dimensiones en metros eran: 77,70, 12,50 y 7,80 y tenía un registro grueso de 2.122 toneladas. Estaba propulsado por un motor diesel de 1.470 HP acoplado a una hélice, con lo cual podía desarrollar una velocidad de 11 nudos. Pertenecía a la compañía argentina Cormorán desde 1969.
Ya había tenido indicios de deterioro. El 9 de julio de 1983 varó frente a Mar de Ajó. Logró liberarse y dirigirse a Mar del Plata para su reparación. El impacto de un rayo había dañado sus comunicaciones.
Posteriormente, en setiembre de 1985, sufre la rotura del block del pistón. A partir de este momento la nave tiene limitaciones de velocidad. A pesar del serio desperfecto llega a Ushuaia, en donde hacen un primer intento de reparación. Pero, a instancias del armador, se le ordena navegar hasta Río Grande, trayecto que le demandó cinco días.
Allí, “no puede enfrentar con el poco motor que tienen la marea y el viento muy fuerte desde el NO. Navega a continuación buscando refugio hacia el sur y al acercarse a la caleta San Pablo toca fondo (…) Toca con la popa contra la restinga allí donde el casco no tiene doble fondo, justo en el túnel y se abre un agujero de tres pulgadas, por donde ingresa el agua de mar que inunda la bodega (…) Buscando la seguridad de la tripulación y evitar el hundimiento el capitán ordena acercarse lo más posible a la playa. Fue varado entonces intencionalmente (…) con la finalidad de salvaguardar a su tripulación que era de 20 hombres y evitar que el buque se hunda dejando la posibilidad de un posterior remolque que nunca se concretó, permaneciendo el pecio como parte del paisaje típico de Caleta San Pablo” (Roberto Hilson Foot. El Naufragio del Desdémona).
