igue a pleno el trabajo de los constituyentes sobre la modificación de la Carta Orgánica. Esperemos que presten la mayor de las atenciones y que no se les pase detalles como el `cablerio´ que anda tirado por el piso del salón y que sería una multa en cualquier otra oficina de Ushuaia. Nuestros mejores deseos para que el resultado final de la Carta, que regirá nuestras vidas por muchos años, no tenga cables sueltos.