Naufraga un navío que transportaba a un salesiano enfermo
EL 21 DE SETIEMBRE DE 1889

Naufraga un navío que transportaba a un salesiano enfermo

21/09/2022
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ste día, se produce el naufragio del cúter ‘Dorrá’, en las cercanías de la isla Dawson. Luego de descargar provisiones en la misión San Rafael, se le encomienda el traslado hacia Punta Arenas del catequista salesiano Juan Bautista Silvestro, quien se encontraba en delicado estado de salud, debido a las heridas sufridas en un ataque de nativos alakalufes.
A pesar de que el tiempo era desfavorable, habían partido para obtener una asistencia sanitaria. “Los tres marineros ingleses eran adictos al mar y no sufrieron tanto, pero el pobre Silvestro sufría mucho el mal del mar (además de los dolores de las heridas). El cúter era castigado por enormes olas como si fuese una simple astilla de madera” (Maggiorino Borgatello. En la Tierra del Fuego. Memorias de un misionero salesiano).
El Dorrá fue arrojado hacia una playa, sin sufrir daños. Pero los náufragos “estaban empapados de pies a cabeza y habían perdido todos los víveres que tenían para el viaje. Nevaba y soplaba un viento muy frío que helaba la ropa. Para calmar el hambre, comieron los musgos pegados a las piedras (aquí, una vez más la Providencia)”. En un bosque cercano pudieron encender un fuego, secarse y pasar la noche.
“El día 21, el mar estaba calmo, aunque no del todo. Entonces decidieron continuar el viaje (…) Pusieron en marcha el cúter, empujándolo unos 50 metros mar adentro y con un bote pequeño, donde apenas cabían dos hombres, debieron embarcarse para llegar a bordo. En el primer viaje se embarcó Silvestro con un marinero y cuando el bote estaba cerca del cúter, una ola muy grande lo dio vuelta y los dos hombres cayeron al mar. Un momento después apareció Silvestro en la superficie, que se puso a nadar hacia la playa (…) al principio nadaba bien, pero quedó exhausto por nadar con el brazo sano en el agua helada y tenía entumecidos los miembros, por lo que en un momento desapareció para siempre y no fue posible encontrar su cadáver”.
“En ese momento, el mar se embraveció y arrojó con violencia al cúter Dorrá sobre la playa. Esta vez, sin la suerte del día anterior, porque golpeó contra unas piedras grandes y en minutos se partió en pedazos”. Los dos marineros sobrevivientes caminaron una extensa playa y “llegaron a la misión con la triste noticia del naufragio, de la desaparición de Silvestro y de la pérdida del cúter” (op.cit.).

Autor : Bernardo Veksler
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