ste día, se difunde en Galicia la presencia en el puerto de Celeiro de “dos de los mayores palangreros registrados en la Unión Europea, el ‘Tronio’ y el ‘Rambla’ (…) donde están siendo sometidos a reparaciones. Es la primera vez que se pueden ver ambos barcos juntos en el puerto”, debido a que su ámbito de actuación se encuentra en las proximidades de las islas Georgias del Sud (Diario El Progreso de Lugo, 23/9/2015).
“El ‘Tronio’ tiene 55 metros de eslora total y alterna el pabellón español con bandera y registro de las Islas Malvinas. El ‘Rambla’, con 50 metros de eslora es de pabellón uruguayo”. Hacía unos cinco años que ambos navíos no amarraban en el puerto gallego.
“Ambos barcos trabajan en el Atlántico Sur en una zona cercana a las islas Georgias del Sur, próxima a la Antártida. Su especie objetivo es el bacalao de profundidad, un pescado de gran tamaño y de alto valor económico, que se comercializa sobre todo en Estados Unidos y en Asia. Tanto el Tronio como el Rambla son barcos congeladores con capacidad para unas 300 toneladas. Ambos procesan el pescado a bordo y sus 20 tripulantes realizan mareas de 4 a 5 meses, descargando en puertos como el de Montevideo o Malvinas”. Junto a estos barcos trabajan en la misma zona otros cuatro navíos, dos británicos, uno de Nueva Zelanda y uno de Chile.
La pesca a gran escala cuenta con una cobertura de supuesta misión científica. “Los grandes barcos congeladores de la firma celeirense están obligados a llevar a bordo a dos observadores, quienes cumplen dos funciones: controlan la actividad pesquera y efectúan tareas de investigación. La vigilancia de la acción extractiva incluye el control de que los buques cumplen toda la normativa, desde que llevan líneas con dispositivos para evitar que queden enganchadas en los anzuelos aves marinas como los albatros, hasta las exigencias de separación y reciclaje de residuos, pasando por las propias capturas”.
La supuesta labor científica “comprende también el marcaje de peces, puesto que por cada tonelada de pescado que capturan estos barcos tienen que marcar un ejemplar. Los investigadores también acompañan al barco cuando acude a nuevas zonas todavía por explotar a nivel pesquero y que el comité científico decide explorar para conocer si allí existen especies que puedan tener interés. También marcan los ejemplares de raya o catalogan especies desconocidas” (op.cit.).
